Quizás se borre con el tiempo

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Odio levantarme en las mañanas y darme cuenta que no recibiré nunca más un mensaje de buenos días o una llamada para desearme lo mejor.

Lo perdí por estúpido, lo admito, pero las cosas no son lo que parecen.

Tome un poco, un poco. No creía que iba a causar tanto daño. Si no lo hubiera hecho, seguirías aquí conmigo, en mis brazos , deseando una y otra vez que los minutos se hicieran eternos para no soltarte nunca, para darte todo y más de lo que yo mismo te podía dar.

Pero así no son las cosas.

Aún lo recuerdo, fue ese día, ese maldito día: martes, ¿la hora? 15:30 PM.

Estaba almorzando uno de mis platos favoritos: guisantes y arroz. Me llamaste relativamente temprano. Querías saber si pasaría por ti para ir a la fiesta de Tom. Estabas tan feliz, incluso me preguntabas que vestido te quedaría más bonito y yo te decía: todos te quedan igual, todos y cada uno de ellos te queda perfecto.

Estabas tan emocionada, incluso decidí dejar de comer e irme directo al baño. Tomar una ducha para relajarse no nos hace nada mal. Me había olvidado de lo más importante: la toalla. Tuve que rondar la casa completa buscando una limpia, pero al final preferí taparme con mi misma polera. No era muy higiénico, pero en ese momento: era lo más factible.

Solo quería verte, ver lo hermosa que estabas. Para nosotros es más fácil: unos pantalones, la polera, los zapatos, gel para el cabello, perfume y paremos de contar.

Para ustedes, es todo un sacrificio y agradezco ser hombre, porque no hubiese aguantado tanto dolor.

Tomé las llaves del auto, corregí el retrovisor, y me puse en marcha. Quería que fuera una de las noches más hermosas de tu vida, me encargue de comprar rosas, una blanca, una rosada, una roja y una azul. Las tradicionales y la que se destaca del resto, como lo haces tú en mis pensamientos y en mi vida entera.

Baje del auto, muy ansioso, me sudaban las manos, no sabía que hacer o que decir, o cómo reaccionar. Sonaba el timbre, pero tú no bajabas. Eso me ponía aún más mal. Escuchaba unos pasitos en la parte de arriba. Hasta que de pronto te veo, todo lo que ensaye, todo lo que me pregunte mil veces, se fue por los aires como si te hubiera visto por primera vez.

No podía parar de mirarte, te juro que no podía. ¡Porque diablos eres tan hermosa! , ¿Por qué? Decía mi corazón, latía tan fuerte, pensaba que se me iba a salir.

Nos subimos al auto y partimos otra vez.

A penas llegamos comienzo a ver unas luces que estaban descoordinadas, pero se veían bien. Una casona gigante como de los años 20’. Situada en una localización no muy grata para las personas que tienen que transitar, pareciera que estuviese abandonado. Pero no es así.

Me tomaste de la mano y fuimos a saludar a todos. Marcy, Dowyn, Groph y Dabba. Ya estaban instalados al costado de la mesa comiendo panecillos. Nos despedimos y nos fuimos a la pista.

 Solo querías bailar. Me dolían tanto los pies. Pero eso no importaba, nada me importa más que verte feliz.

Desde ahora tome la peor decisión de mi vida…

Quizás se borre con el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora