II

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Nos pasamos de tragos, jugando con tus amigos y conocidos. Solo recuerdo que me dijiste que irías al baño porque no te sentías muy bien y yo solo quería sentarme y tomar un café.  Ya no daba más de todo lo que estaba haciendo erosión en mi estómago.

Marcy se sentó a mi lado, mientras tú estabas con Dabba. Ella me contaba que llevaba mucho tiempo detrás de un muchacho, pero que él estaba con una chica. Le dije que quizás ese chico, no estaba totalmente enamorado de su novia y si se confesaba podría obtener buenos resultados. Como iba a saber, que ese chico, era yo.

Tengo ciertas imágenes borrosas de ese momento. Marcy se acercó lentamente y me dio un beso. La trate de esquivar  ligeramente y te veo en frente, botando el café que quería para poder recobrar la conciencia.

Corrí detrás de ti, sin importarme nada, ni nadie. Corría como un loco, a lo lejos veo una luz que se acerca apresuradamente al lugar donde estábamos. Solo veo sangre. Escucho algunos gritos. Y un tic tac al lado de mi cabeza.

No me había dado cuenta de nada, hasta cuando desperté en una sala de hospital totalmente solo, amarrado, y sedado. ¿Por qué amarrado, ni siquiera tengo la fuerza de levantar un insignificante dedo?

Había una serie de insumos médicos. Seguía tratando de cerrar los ojos para despertar y escuchar cuando me cantabas algunas de tus canciones country y tus boleros del año veinte antes de cristo.

De pronto la enfermera se acerca y me dice que si me quiero sacar las amarras tengo que saber controlarme. Cuando llegue supuestamente al hospital estaba descontrolado y solo guitaba el nombre de una mujer. Tenía una cantidad de heridas enormes en todo mi cuerpo, pero seguía buscando a esa persona que aún no la puede identificar. Yo la verdad es que no recuerdo nada. Solo esa sangre y algunos gritos, además del sonido que emite el reloj a cada segundo.

Quizás se borre con el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora