Observé a mi alrededor la ciudad, iba en coche con mis padres, todo el mundo parecían perfectos y blancos pero yo era diferente, me veía de color gris.
Las personas me miraban con pena, otras se reían me mí por los rumores que habían estado corriendo, pero a mi me daba igual todo, estaba triste por haber vuelto, seguía buscando mi camino para encontrar la Oscuridad.
Quise esconderme hasta debajo de las piedras, solo para estar a oscuras, prefería ser ciega para poder volver a verla una vez más...
Volví a encerrarme en mí misma, reprimida en mi propia habitación apagada. Me recosté en la cama, mientras el sol iba perdiendo su brillo por el occidente, había perdido la cuenta de los días que habían pasado, solo daba vueltas entre las frías sábanas blancas.
Abrí los ojos, sentí la presencia que muchas veces me acompañaba, miré fijamente al rincón donde vi unos pies, en ese pequeño hueco de sombra se encontraba Hye Joo, esperando a que la noche llegara y consigo, la Luna Llena.
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No perdía detalle, cada vez se hacía más visible sus piernas, su cuerpo y su rostro. Sentí como de nuevo la felicidad se adentraba en mí, era una sensación muy cálida y acogedora.
Ella no estaba feliz por verme, siempre había estado arrastrándose por mi sombra, con cuidado de que no la viera, observaba que cada día que pasaba, la chica a la que amaba, se estaba destruyendo así misma.
Hye Joo no pretendió enamorarme desde el primer momento, éramos amigas desde la infancia...
Ella me había invitado a dormir después de una pequeña fiesta que hizo por su 18 cumpleaños, ambas estábamos ebrias en su casa de campo, solas, todos los presentes se habían marchado y simplemente ocurrió, dejándonos llevar por nuestros instintos...
Y... sinceramente, tampoco estuvo planeado que terminase amándola tanto como estaba haciendo.
Limpié algunas de mis lágrimas de tristeza al verla, cambiándolas por unas de alegría y Oscuridad comenzó a llorar... por su rostro caían lágrimas negras... no quiso esperar más, me lanzó un pequeño sobre negro y se esfumó sin mirar atrás.
Sobre la cama, me encontraba completamente confusa, cogí aquel sobre negro y leí para mí misma, al terminar la carta mis lágrimas volvieron a caer, borrando consigo las palabras escritas a tinta...
«Si quiero ser feliz, debo hacerlo» repetía una y otra vez mi voz dentro de mi cabeza.
«Oscuridad está arriesgando su vida por mí, no puede pisar la Luz» grité agarrándome el cabello, tanto que quise arrancármelo.
Seguía ese dolor punzante en mi corazón, en realidad esa sensación nunca se había ido...
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Hye Joo, espérame, te tengo en el punto de mira en estos momentos... 💌
