Sensaciones «BNHA One-Shots»

Fase III

Título: "Crónica de un enamorado"

Personajes: Bakugou, Kirishima, Midoriya.

Parejas/shipps: Bakugou Katsuki x Lectora.

Advertencia: Ninguna.

Cantidad de palabras: 3.286

Contrincante: CreativeLetters.

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Crónica: hechos históricos o ficticios narrados de manera cronológica.

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Si le hubieran dicho a Bakugou que algún día iba a terminar enamorado de alguien, seguramente se habría muerto de risa en su cara y luego lo mandaría a la mierda por decir semejante estupidez.

Para él los sentimientos eran una perdida de tiempo, una excusa que el ser humano utiliza para refugiarse cuando no posee fuerza de voluntad suficiente para andar solo en el camino de la vida.

Él no necesitaba a nadie estorbando a su lado, siempre había sido muy independiente en ese sentido. Además, en su cabeza solo había espacio para un objetivo: entrenar arduamente y llegar a ser el héroe número 1. Especialmente ahora que el Símbolo de la Paz se había retirado y el idiota de Deku empezaba a sobresalir entre los novatos.

¡Nada ni nadie le impediría lograrlo!

Sin embargo, la realidad cayó sobre él como un balde de agua fría.
No le dió importancia al principio, puesto que no creyó que fuera algo de relevancia. Por desgracia se confió demasiado...
Porque, muy lentamente, alguien empezaba a ocupar espacio en sus pensamientos.

Lo recordaba bien, todo inició a los pocos meses de haber empezado su segundo año en U.A.
Todo iba perfecto para Bakugou Katsuki, o al menos así era hasta que su sensei los dividió en grupos para realizar prácticas de patrullaje por la ciudad.
Ese día, de seguro todo Japón escuchó los gritos e insultos del rubio al enterarse que haría equipo con Deku y su inútil amiga.

Y como si aquello no fuera suficiente, el estúpido de Midoriya sería encargado de guiarlos.

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Estaba enojado, furioso y su ceño lo delataba.
Durante todo el patrullaje no dejó de quejarse ni de insultar a Deku.

¿Por qué ese enano siempre tenía que entrometerse?
Desde que ambos entraron a U.A. hasta el día de hoy, Deku siempre encontraba la manera de opacarlo.
Le enfermaba que en todos los entrenamientos sus profesores le prestaran más atención que a él. Le jodía que su héroe de la infancia estuviera más al pendiente del pecoso que de sus propios logros. Le irritaba que sus compañeros siempre lo elogiaran y a él simplemente lo trataran como el villano de la clase.

¿Qué mierda tenía Deku que él no?

Ah claro, Deku no tenía una victoria vacía en su primer festival deportivo. Tampoco había sido secuestrado por villanos ni rescatado por sus propios compañeros.

¿¡Por qué toda su puta vida tenía que ser tan injusta!?

—¡Argh! ¡Eres un tarado! —Volvió a gritarle.