Confía en Mi (Editando)

Prólogo

– ¡Duele! – Dije mientras lloraba – Basta...

– No pararé hasta que me digas la verdad. – Advirtió quitando su cuchillo de mi brazo – ¡Dime! – Gritó mientras ponía su mano en mi cuello un intento de ahogarme más.

– No te di...ré. – Respondí mientras podía. Quitó su mano y me dio una cachetada.

– Si sigues así créeme que muy pronto estarás muerta. – Solo agaché mi cabeza. 

No podía creer lo que estaba pasando, me encontraba atrapada por una persona, que ni siquiera sabia su nombre. Cada vez me dolían más las manos. Nunca pensé que dolía tanto tenerlas amarradas, bueno duelen más que estar esposada. Me sorprendía mucho que haya dos guardaespaldas adelante de esa puerta. ¿Quién me habrá mandado secuestrar?, bueno podían haber sido muchas personas. Mientras la sangre recorría la mayor parte de mi cuerpo yo solo pensaba ¿Dónde estaría mi padre?, ¿Cómo podría salir de aquí? y ¿Dónde diablos estaba Zayn?, ¿Porque demonios no llega?, ¿Porque no viene? Pensaba que si le hacían algo moriría tan solo pensar que él... no, no me atrevía a pensar en eso. Empiezo a marearme, por la pérdida de sangre.

– Levanta esa maldita cara de ángel – ordenó mientras levantaba mi cara y todo daba vueltas – ¿Sabes que si continuas así va a ser peor para ti? – preguntó mientras mi vista se concentró solo en él y todo había vuelto en su lugar.

– No me importa... Mientras tú no me digas dónde diablos esta mi padre, yo... ¡No pienso darte respuestas! – Contesté con las pocas fuerzas que aún tenía. Le escupí en la cara.

– No debiste hacer eso – agarró el cuchillo y lo siguió pasando sobre mis brazos y las piernas, dejando cortadas en todos lados. Sentía el ardor de cada una al abrirse y la sangre recorriendo cada parte de mi cuerpo. Empezó a meter poco a poco ese cuchillo en mi otro brazo. ¡Diablos! dolía tanto.

– ¡Ok! ¡Ya! – dije llorando – te diré.

– Que bueno – tomó mi cara con sus manos – eres débil... – decía mientras me soltaba la cara – La señorita es toda suya -grito.

No comprendía nada hasta que... por Dios. No puedo creerlo él solo me hizo sufrir para que quedara indefensa y pudiera decir la verdad. Que estúpida como no me di cuenta antes. Pero no importa ya que no he perdido todas mis energías aun puedo aguantar algo más se escucho él sonido de la puerta al abrirse, él sonido de los zapatos acercándose a mi levante mi cara y... No creía lo que miraba.

– Hola Allison.

– No... Así que siempre fuiste tú.