IMPACTO PROFUNDO

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En las ruinas

- te estaba buscando – lo descubrió el Ambu sumamente enojado – ¿por qué insiste en quedarse en este lugar? – preguntó la voz

Naruto miro hacia todos los lugares, se dio cuenta que nuevamente estaba en aquel lugar, donde se había caído y miró alrededor, Sasuke no estaba por ningún sitio

- hola, soy Naruto – se presentó sin saber que decir – me caí en este sitio y no estoy del todo seguro de lo que sucedió – continuó riendo nervioso, sentía su voz ajena a él.

- vamos, no puede quedarse aquí – lo escoltó hasta la entrada de dónde se estaba reconstruyendo la aldea

Naruto fijó su mirada en el cielo, ¿qué estaba pasando? Nada de lo que habían hablado tenía sentido

- así que tu nombre es Kurama... ¿eh? – habla hacia el zorro sin moverse del lugar donde lo había dejado el ninja

Por el cielo podía afirmar que faltaba un par de horas para el amanecer

- ¿por qué Sasuke te habla con tanta familiaridad? – pregunta con los labios torcidos – pareciera que se conocen y entienden muy bien – se quejó indignado volviendo a casa

- No, es que tú no lo entiendes y al parecer no le recuerdas – le da un zape al rubio – Sasuke Uchiha dijo Karel Uchiha Uzumaki – repitió lentamente el zorro con una sonrisa ladina

La piel de Naruto se tornó blanco como el papel, sus ojos igual, su boca se abrió tan grande que se quedó estático en media calle

Todo el mundo le miraba extrañado al ver a su héroe estaba pálido que sin razón alguna y se desmayó en media calle

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Más tarde en el hospital

- está despertando... está despertando – escuchó decir a alguien

Abrió los ojos, ¿dónde estaba?

- Estás en el hospital – respondió a su muda pregunta su amiga pelirrosa

Miró hacia el frente, allí estaban Sakura, Ino, Hinata, Kiba y Kakashi

- ¿qué te pasó? – preguntó el mayor con notable preocupación, ese chico era demasiado terco como para desmayarse en media calle

- ¿qué me pasó? – repitió la pregunta sentándose, sintiendo un fuerte mareo

- dijeron que te desmayaste en media calle – explico Sakura muy preocupada – ¿te sientes bien? – preguntó al verlo pálido

- No, estoy muy mareado – respondió con pesar, entonces recordó porque había perdido la conciencia – Karel – susurro apenas

Palideció de golpe, el aire le faltaba, no lograba que el oxígeno entrara en su cuerpo

- no permitiré que te quedes inconsciente – dijo el zorro con fastidio, llevándose a su mundo interno, debían aclarar algunos asuntos – es obvio que por su nombre y parecido; es tu hijo – gruñó el zorro – sino lo puedes ver, es que eres idiota... el mocoso es idéntico a ti – finaliza en tono burlón

- Pero... pero... ¿cómo? yo soy muy niño, además no tengo experiencia con las mujeres – susurro solo para él, totalmente perdido, atónito – ¿cómo es que puedo tener un hijo? si nunca he tenido relaciones con nadie, no puede ser; además solo tengo dieciséis años y ese niño debe tener unos cinco años... ¿cómo es posible? – debatió en un reclamo desesperado, negándose a creer tal ridiculez

REBELIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora