EPILOGO

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Viendo través de uno de los gigantescos ventanales del inmenso castillo en ese recóndito e inexistente mundo, se encontraba una criatura que, de humano solo tiene la sombra, un Ker, viendo a los intrusos, la nueva familia, entrenar en el campo con tanto ímpetu, no parecen humanos, están lejos de ser ordinarios y ella, diosa la llaman, una sin valor, una plaga justo como un parasito

Los llamados Uchiha son los más interesantes; Madara tiene un inmenso poder, lástima que sea solo uno más....

Una sonrisa perversa se formó en sus labios, mientras continúa viendo las intensas luchas apoya levemente su cabeza en el muro, una oscura sombra tiño sus ojos y su rostro

- Tu miserable muerte será vengada, mi querido hermano – sus palabras se fundieron con el choque de las espadas; deslizo su mano hasta en mango de su espada, esa que siempre lleva consigo, símbolo de su promesa – su trágico destino será pagado con sangre divina – continúo viendo como ese niño humano atacaba a Itachi sin descansos o retroceder, ese Uchiha sin duda es...

Una suave risa distrajo su meditación

- Tu triste vida no se repetirá, te lo juro – continuo sin desviar su mirada – esta vez me asegurare de ganar, esta vez su mayor temor existe – continúo divagando de manera descuidado – tú y su corazón podrán al fin descansar – sonrió viendo sin ver realmente

- Los Xionerias, posiblemente lo estén buscando, más ese Shiomul – distrajo una figura sin forma, en su oído, justo como una travesura

- Aquí su estancia es seguro – continuo con la oscuridad en sus ojos creciendo – este lugar no existe después de todo – intentaba pensar tranquilamente

- ¿crees que podrá ganar? – pregunto con desanimo

- Lo hará – aseguro determinado – no pudo hacerlo por tener desventaja, pero esta vez no tendrá nada de eso... además esta vez estaré yo – incluyo levitando, alzando la vista a la sangre del cielo

- ¿Por qué? – Pregunta con cierto atisbo de duda

- Tenemos piezas interesantes – señalo al grupo – además de que uno de los ancestrales está aquí, también no podemos permanecer quietos por siempre, debemos seguir lo inevitable – las palabras sonaron muy pesadas

- Te refieres a Kaguya y Karel – no pudo evitar una sonrisita, quizás, solo quizás esta vez haya oportunidad

Revolotea a su alrededor viendo un brillo al fin en esos ojos cadavéricos, detuvo su vista en el niño

Están tan equivocados respecto a ese niño, contradictoriamente también están en lo correcto

- Mika, siempre tan atenta – solapo sintiendo el leve roce en su piel – Karel es nuestra pieza, ¿no lo notaste? – su sorpresa está reflejado en su rostro; desvió su vista hacia atrás, como tantas, esta solo

- Entonces es cierto – acepto tranquila, está acostumbrada, no le fue sencillo su realidad – ¿Cómo? – pregunto viendo al menor entrenar con esa serpiente

- Debería ser obvio, después de todo la terquedad es hereditaria – rio, ese chiste sin gracia no fue para ellos

- Todos esperan – entro un elfo, viendo al solitario guerrero, todos saben la razón de su aislamiento, la pérdida de su hermano, su monarca, su compañera y...

- Si – soltó lentamente dando un vistazo al grupo

- Sabes que todos estamos contigo, general – confió el elfo

- ¿Quién hubiera creído? que un día tu y yo tendríamos un día sin intentar asesinarnos – comento sin ninguna intención

- Bueno nuestra razón siempre fue Mika – rio el elfo con cierta tristeza

- Cierto, Mika – susurro mientras entraban en el gran salón

Con las puertas cerrándose detrás suyo 

REBELIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora