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Y así fueron todas las noches de finales de 1692 y algunos meses de 1693. Ella iba y venía de la granja a la mansión de su familia, todo resultaba tan perfecto que por momentos olvidaban todas las sentencias que se llevaban a cabo en la ciudad.
Todos los días, la familia Pines planeaba una forma discreta para que su pequeña Mabel y amado Bill, salieran de la ciudad y así podrían vivir felices. La esperanza albergaba un pequeño espacio en sus corazones y con esa rutina arriesgada de ir y venir, la familia Pines vivía su pequeña felicidad.

Era finales de abril del año 1693 y nuevamente la chica de castaños cabellos corría discreta por las calles sombrías, su piel era aún más pálida de lo normal debido al frío de la noche.
Había encontrado la técnica perfecta para escabullirse entre cada casa y calle, y al llegar a su tan anhelado hogar debía tocar de una forma explícita para que los integrantes supieran que se trataba de la chica profuga.

-. Señorita Mabel. Adelante y bienvenida.- el ama de llaves abrió discreta la gran puerta dejando pasar a la muchacha.- sus padres y hermano la esperan en el despacho. -

Con un leve movimiento de cabeza para agradecer la información, Mabel Pines camino lenta y cautelosa hasta el despacho de su adorado padre.
Las luces estaban apagadas y un escalofrío recorrió su espina dorsal colocando cada nervio en alerta.

-. ¿Padre?.- susurro despacio para no llamar tanto la atención. - ¿Madre? ¿Dipper?.-

Pronto, las luces se encendieron y dio paso a su tan anhelada familia, la servidumbre y su amado Bill.

-. ¿Pero qué sorpresa es está?.- pregunto curiosa y feliz al mismo tiempo.- Me han dando un susto de muerte.- sonrió

Todos los presentes comenzaron a saludar y dar abrazos a la pequeña Pines. Resultaba que ese día era su cumpleaños y por tanto alboroto lo había olvidado.

-. Feliz cumpleaños hija mía. - ambos padres abrazaron a su hija y depositaron besos en su nuca.

-. Feliz cumpleaños querida hermana.- Dipper Pines le dio un leve, pero indoloro golpe en su cabeza castaña.- esto es por asustarnos a todos .-

Ella sólo se disculpó y abrazo con fuerza a su querido hermano.

-. Mi amor...- finalmente era el turno del Cipher heredero y con delicadeza saco una pequeña cadena del bolsillo de su gran abrigo negro .- esto es para ti. -

Mabel corrió su cabello para dejar el cuello blanco a la vista del chico y así, colocar la pequeña cadena de oro que contenía un par de corazones realmente bellos.

-. Es hermoso ...- susurro mientras tocaba el detalle de su novio .- muchas gracias querido.-

Lo abrazó firme por el cuello, entrelazando sus dedos en la rubia cabellera de Bill y en puntitas, le dio un apasionado beso en los labios.

-. Te amo demasiado. - susurraron ambos a la vez, mientras la pequeña fiesta continuaba con la felicidad emanando de la gran casona.








Mayo 1693

-. Si, llevo con la curiosidad varios meses pero no he querido llamarlo hasta tener pruebas realmente satisfactorias. -

Un hombre estaba sentado en su gran escritorio, frente a él, otro sujeto. Llevaba una gran túnica negra y in sombrero extraño, Era uno de los jueces de salem.

-. ¿Lo que me dice es cierto, señor?.- el juez estaba realmente interesado en la información que le brindaba aquel hombre tras el escritorio. - De ser así, la información es verdaderamente valiosa y debemos acudir de inmediato con el proceso. No debemos aplazar el derrocamiento de una bruja que estuvo en contacto directo con Tituba, siendo ella la última que falta .-

Ambos estaban de acuerdo con ello y en cuanto aquel hombre de edad afirmó todo, el juez se colocó de pie para volver a su trabajo, juntar a los vecinos y llevar a cabo su misión de Dios.

-. Muchas gracias señor Cipher por la información tan valiosa que a brindado a la comunidad.- estrecharon la mano para dar la despedida de su encuentro. - Dios se apiadara de su hijo y de su familia.-

Dicho esto, el juez, hombre mayor guiado por la fé, se marchó para encabezar la persecución de la última bruja que tuvo relación directa con Tituba. Mabel Pines.

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