Capítulo 1 JULES

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5:00 am suena mi despertador.

Es una mañana algo tranquila en la gran ciudad de San Antonio, pero eso no detiene a los criminales, me presento soy Jules Campos  tengo 25 años soy una detective de homicidios del FBI de la oficina de San Antonio, naci y crecí en esta ciudad y para mi esta ciudad es lo más importante, por que aquí es donde esta y estuvo mi familia siempre, o bueno mis abuelos con lo que me crié desde bebé, actualmente ellos están en México, ya que el abuelo Juan ya está muy cansado y de edad avanzada, y quiere pasar sus últimos días en su casa en Veracruz, lo entiendo desde muy joven emigró aquí y el solo logro salir adelante y también a sus padres, pero después de conocer a la abuela Malia y obtener la nacionalidad Americana siguió aquí creando una nueva vida y con la familia que estaba creciendo poco a poco. Vivo sola en una gran casa a las afueras de la ciudad en una residencial bastante tranquila y agradable, con un amanecer hermoso, después de levantarme y ponerme mis pans, tenis y una sudadera, salgo a correr como cada día por 10 kilómetros, nunca uso la misma ruta, al final al trabajar en esto te da una cantidad de enemigos algo considerable pero nada de que preocuparse en su mayoría son hombres que no vale la pena pero shh algunos que si son un poco peligrosos y ni esta de más tener un poco de precaución, a lo cual siempre mi buen amigo Diésel me acompaña, Diésel es un gran pastor alemán que me regalaron mis abuelos al cumplir 21 años y ah sido mi mejor amigo desde entonces.

Después de regresar a casa me doy un baño como cada día, y le doy su premio a Diésel por su esfuerzo, desayunamos en la Barra de la cocina, y justo a las 7 am salgo de casa a la oficina.

Saco a mi bebé de la cochera, y me dirijo a la comisaría del FBI al parecer tenemos un caso nuevo, algo muy peculiar por lo que decía el mensaje de voz que me dejó el teniente Bosco, mi bebé es un jeep Rubicon de 4 puertas, 4x4 y color negro. Fue el mejor auto que pude encontrar al entrar al FBI hace un par de años, al ingresar a la ciudad me doy cuenta que soy un día muy tranquilo a pesar de ser lunes, las calles están algo solitarias y muy poca gente esta en la calle, en comparación con la cantidad que normalmente se encuentra en un lunes normal.

Llegando a la comisaría y después de dejan a mi bebé en el estacionamiento, subo al  piso 25 de la torre de la policía, pero igual que en las calles esta un poco más vacía de lo normal, tal vez estén en la cafetería de enfrente desayunando, pero aun así de los 50 agentes que normalmente están a esta hora solo veo unos 25 la mitad de los que normalmente son, pero bueno debe tener una explicación lógica.

—Torres!!— escucho decir a el teniente Bosco que me ve pasar enfrente de su oficina en dirección a la sala de juntas donde se supone que nos estaría esperando.

— Buen día Jules ¿¡como estas hoy!?—  pregunto con algo de interés.

— Muy bien señor gracias por preguntar un día más en la oficina así que pues espero que tengamos un buen caso el día de hoy— le dije tranquila y muy relajada.

— que bueno es escuchar eso Campos pensé que tu al igual que los demás agentes hoy irían a desayunar a la nueva cafetería que abrió ayer a la siguiente cuadra— dijo con un poco de molestia en su voz.

con razón no estaban enfrente y los que estaban aquí son los del turno de la noche ahora todo tiene sentido, supe de esa cafetería hace unos días al parecer los policías reciben café y una dona gratis todos los días jajaja creo que no conoce a los agentes de esta estación el café es su debilidad y en parte las donas como a cualquier persona pero en conclusión en café es lo que lo lleva más que nada, pobre gente va quebar más rápido de lo que creen.

—no señor desayune en casa como cada día después de salir a correr — le respondí después se sentarme en una de las sillas de madera cubierta de piel negra.

Diario De Un AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora