Nuevo objetivo

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Tin

Tin juntó los libros de su escritorio en la Universidad y esperó pacientemente a que todos los demás estudiantes salieran del aula, mientras los guardaba perezosamente en su mochila. Su última clase, que era Economía Avanzada lll en el idioma inglés, había sido de lo más aburrida. Para estar a punto de presentar los segundos parciales del año escolar, la materia se le hacía de lo más fácil. 

Miró a su único compañero con el cual intercambiaba unas cuantas palabras con él. Pete era un chico alto, un poco más bajo que él, y que siempre llevaba una hermosa sonrisa encima.

Se habían hablado casualmente cuando Pete le había pedido prestado un bolígrafo, ya que lo había olvidado en quiénsabedónde. Si bien, Tin se limitaba asistir a sus clases y no entablar conversación con nadie, Pete le caía un poco bien. Vaya, era un chico atontado y la mayoría de las veces se ponía un poco rojo cuando Tin le hablaba de temas escabrosos. Como el pequeño novio que Pete tenía.

Tin no sabía porque un chico del programa tailandés había conseguido a alguien de una jerarquía mayor que él, porque aunque Pete era amable y sincero, lo había investigado y pronto se dio cuenta que era increíblemente rico.

Vale. Tin no era rico, al menos no de una forma de lo más legal posible, pero tenía unos cuantos ahorros. Dinero que tenía en una cuenta en la que sólo él tenía entrada. Dinero que podría ocupar en cualquier momento y en cualquier lugar...

— Me iré adelantando. ¿Irás a la cafetería? — dijo Pete, mientras se colgaba el bolso de sus libros en su hombro derecho.

Claro. Pete siempre tenía prisa en llegar a la cafetería y, aunque Tin sabía que no era bienvenido por parte del novio de éste, trataba de ser lo más cauto y amable posible, sin mucho éxito.

Sabía de Ae. Por supuesto. Ae vivía en un pequeño edificio, justamente frente a su propio apartamento, donde también vivía alguien al que Tin no sabría decir lo que sentía por él. Can....

— Tengo que ir directo a casa. He de terminar unos deberes que dejó Lengua ayer. — Pete asintió con una sonrisilla. Ambos se despidieron y finalmente el castaño salió del lugar.

Tin se quedó unos segundos ahí mismo en su pupitre. Cuando hubo guardado un bolígrafo que se había comprado recientemente, se puso de pie, apagó las luces del aula y salió al amplio pasillo bien iluminado. A esa hora no había ya ni un alma en el edificio B, que era de Economía, porque eran pocos los que tenían acceso al edificio, pues sólo los alumnos destacados e inteligentes solían pasarse por ahí. No es que Tin fuera el chico más culto del mundo, si no que la educación de sus padres lo habían inculcado a la lectura y al manejo de diferentes idiomas por...Bueno, por su "trabajo".

Recordó que tenía que estar en un lugar dentro de una hora y, suspirando, comenzó a dirigirse a la salida.

Cuando llegó al estacionamiento el auto de Pete ya no estaba. Él tenía su propia motocicleta, porque le parecía demasiado ostentoso traer un auto de último modelo, sin embargo, adoraba su medio de transporte. Lo había recibido por parte de su padre en su decimoctavo cumpleaños. Era una preciosa Harley negra. Se dirigió a la moto y subió en ella. No solía usar casco ya que no quería que algún chico del Programa Tailandés le pareciera gracioso llevárselo de ahí, así que solía andar por las calles al aire libre.

A menos de que fuera una de sus tareas. En esos casos ameritaba sin dudar uno de los cascos.

Una vez arriba se impulsó hacia atrás para salir del estacionamiento y cuando estuvo en posición adecuada, encendió el motor y dio marcha, dejando tras de sí un pequeño vaho de humo y un delicioso ronroneo que se perdió por todo el lugar.

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⏰ Última actualización: Mar 02, 2019 ⏰

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