002. Adiós máscara

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Un amigo me decía
"antes de hablar escucha"
que el negro puede ser blanco,
depende del pensamiento.
El hombre en su atrevimiento
puede convertirse en ángel,
y debajo de las alas
guardar un pésimo ropaje.

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POV Sans

Me encontraba sentado en frente del director del instituto quien nos estaba dando un sermón y unos buenos gritos a mi y a Red, que de hecho, este miraba el suelo un poco apenado ¿Por qué?

—No los voy a suspender, pero de castigo van a limpiar y ordenar el gimnasio al terminar las clases —y tenía que estar para variar solo con Red ¿Qué otra cosa podía salir mal? —puede retirarse joven Red, y Sans... quédate —sentí algo de nervios... bueno en realidad estaba muy nervioso.

En el momento que me quedé solo con el director, dije un montón de cosas como "Yo no hice nada malo", "No quiero tener un castigo más" y etc. En ese momento me sentí como un idiota al decir todo eso, pero era la primera vez que me castigaban.

Pero no fue nada de eso, solo fueron palabras suaves, "Si sientes un malestar, descansa un poco antes de continuar o ve con Bunny si es algo más severo", me sentía bien que el director se preocupaba por mi salud, a veces pienso que en muchas ocasiones fui un estorbo para algunas personas.

Finalmente me dió el permiso de salir de la oficina, volví al comedor con mis amigos y lo primero que hice fue pedirles que no me preguntaran que pasó, solo les dije que no fue una suspensión por lo menos.

La hora de almuerzo terminó y todos fueron a la última clase del día, en toda la clase no dirigí la mirada a Red, solo tenía la vista pegada en el pizarrón y anotando todo en mi cuaderno. La campana sonó y todos se fueron a sus casas, claro que yo y mi compañero nos quedamos a cumplir con nuestro castigo.

—Mucha suerte con tu castigo Sans —Ink me tocó el hombro como muestra de apoyo.

—Si quieres, podemos esperar a que termines y no estarás solo —sugirió Berry con un sonrojo celeste y con una mirada adorable.

—No es necesario, ustedes vayanse a sus casas, yo estaré bien —abrace a mis amigos antes de entrar al gimnasio, la sorpresa que me llevé al ver a Red ordenando antes de que llegara.

—Por fin llegó el perezoso, creí que estarías durmiendo para evitar el castigo —dijo y me miró con burla al notar mi presencia.

No le hice caso, fuí por las cosas de aseo, me imaginé que el conserje dejó la puerta donde guardaba todo para limpiar el gimnasio abierta, él sabía de nuestro castigo y siempre hacia lo mismo cuando algún estudiante se quedaba a limpiar.

Nunca esperé ver a mi compañero de castigo ayudando, al principio creí que me dejaría haciendo todo el trabajo solo, al menos cumplía con los castigos que le daban. "Tal vez no es tan malo como pensé" me dije en mi mente mientras guardaba los balones de básquetbol y sonreí un poco.

De repente sentí que apenas podía respirar, solté la escoba y llevé mis manos donde se encuentra mi alma. Fuí a una banca a sentarme un rato, pensaba ir con Bunny si las cosas empeoraban, por suerte el malestar no duró mucho y logré respirar de forma normal.

—Sabía que en cualquier momento te encontraría vagando —y sospeché que no todo podía ser perfecto, algo tenía que salir mal. —¿Acaso no tienes algo mejor que hacer aparte de sentarte a descansar Sans?

Te regalo mi alma【ᴋᴜꜱᴛᴀʀᴅ】『𝔽𝕚𝕟𝕒𝕝𝕚𝕫𝕒𝕕𝕠』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora