III

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Estrellas

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Tal y como había anunciado Min Yoongi, la noche no se hizo esperar y con ella llegó el turno de Taehyung al timón. Nuestro astrónomo disfrutaba de la oscuridad de la noche, la cual solo era iluminada por la luz de los astros, quienes para el castaño, eran la mejor compañía posible. Pero claro, ¿quién sino iba a ser mejor interpretando la soledad que una persona repudiada?

—Supongo que eres tú a quien he de de buscar.— la nueva voz hizo que Taehyung se estremeciera, pues no estaba acostumbrado a que nadie le acompañara en las noches. Por ese mismo motivo solo emitió un sonido casi imperceptible. —Si no soy bienvenido puedo ir al camarote.—

—No te molestes, está todo bien.— comentó el muchacho con la vista pegada al frente.

Realmente Kim Taehyung estaba esperando ansioso a que las estrellas comenzaran su ritual. Como todas las noches le permitían guiarse con facilidad, pues estas se comunicaban con él por medio de la luz y por el color del cielo en el horizonte, dentro de unos pocos minutos se reuniría con lo más parecido a una familia que tenía.

Hwa se acercó al coy que utilizaba el pirata y se dejó caer en él. Al mayor no le molestó, incluso pensó que sería una buena oportunidad para conocerle, al fin y al cabo, él ya había pasado por ser el novato y sabía perfectamente que no a todos les hacía la misma gracia un nuevo tripulante.

—¿Qué hacías en ese barco?— cuestionó temeroso de molestar.

—Buscaros.— miró por encima de su hombro.

El nuevo se examinaba las manos y la ropa, sonreía de lado a lado. A Taehyung le pareció que tenía una sonrisa bonita, le transmitía calidez y eso era extraño. Irónicamente le agradó.

—El colgante, Namjoon ha dicho que en su interior se encuentra lo que podrá pagar a la bruja. ¿A qué se refería?— volvió a hablar el muchacho.

—Eres curioso, Kim.— musitó Hwa.

—Lo siento, es imposible no preguntar.— viró los ojos reprimiendo una sonrisa. El horizonte ya rozaba el color negro.

—No me molesta, es normal.— sacó el colgante y se incorporó en la hamaca. —¿Quieres verlo, navegante?— a Taehyung le brillaron los ojos y por la cabeza de Ahra se paseó una idea alocada, tal vez podría enseñarle su interior.

—Solo un poco más, cuando ellos desciendan el barco podrá mantener la ruta.— respondió el castaño.

Hwa quiso preguntar, Taehyung era a parte de curioso, complicado. A primera vista aparentaba ser un libro abierto, su comportamiento era algo infantil, podría deberse a la carencia de una infancia. No obstante los pensamientos más macabros se paseaban a sus anchas por su cabeza, cosa que le hacía ser reservado, pues ahora que había encontrado gente que le aceptaba no quería perderlos.

En el momento en el que la muchacha abrió la boca decidida a conocer algo sobre la historia de Taehyung, un destello se balanceó en el cielo y el chico acompañó aquella acción de una sonrisa. La excitación estaba otra vez en él.

—Ahora, novato, vas a ver el mundo como yo lo hago.— soltó el timón y se hizo sitio junto a Hwa en el coy. —Si te tumbas boca arriba no te arrepentirás.— añadió colocando los pies tras el cuerpo de la chica. Ella decidió imitar su acción, por lo que ambos quedaron enfrentados. —¿Lo ves?—

La cara del menor se iluminó, literalmente, por el resplandor de las estrellas. Jamás había visto nada parecido, pues en un principio le pareció que su cabeza le jugaba una mala pasada al ver a los astros titilar.

DAITYA I: La Travesía Del Mapa Del Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora