C A P I T U L O 1

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-¿Tienes tus maletas Charlotte?

-Si, todo listo, ¿ Dónde será la siguiente sesión?

-New York, nos espera el señor Griffin.

-¿Griffin?

-Se ofreció a recogernos del aeropuerto.

-Claro.

Charlotte en el fondo sabía que se encontraría con él de nuevo, aunque quisiera evitarlo, tenía un contrato por delante y no podía dar marcha atrás fácilmente. Sabía que habrían consecuencias por delante.

-Señorita-Aaron Griffin tomó de la mano de Charlotte, la acercó hacia sí y la besó, él sabía que varios fotógrafos estarían escondidos observándolos.

-El contrato oficialmente aún no ha sido aprobado-Charlotte frunció las cejas, pero inevitablemente no pudo separarse, sabía de sobra por su experiencia laboral que habrían paparazzis por todas partes.

Ambos sonrieron y subieron al auto, llegaron a la casa de Aaron y en seguida se dirigieron al despacho, donde dos abogados los esperaban junto a sus agentes.

-Bien, empecemos entonces.

Los abogados empezaron a hablar sobre el contrato, este decía que ambos serían pareja durante un prolongado tiempo, en el que iría aumentando la popularidad de ambos modelos. Ellos sabían que la propuesta era inevitablemente atractiva para su fama.

Aceptaron. Oficialmente eran pareja, pero lo que se le olvidó mencionar Aaron a Charlotte, era que él ya tenía pareja y era conocido como el Playboy de New York.

-¡Genial! Para celebrarlo podemos salir a cenar, ¿qué te parece?

-Estupendo, eso aumentará las sospechas de nuestro "romance".

A Charlotte lo único que le interesaba era cumplir con el contrato lo antes posible y marcharse, alejarse de Aaron, le habían hablado de él, pero no precisamente bien.

-En Marlow & Sons suelen ir muchos celebritis, es un sitio genial.

-Estupendo-Charlotte sacó de su maleta varios vestidos, escogió el más indicado para la situación, se puso unos tacones altos, maquillaje y salió.

Aaron la esperaba en el salón, al verla, no se arrepintió en absoluto el haber firmado aquel contrato, tenía como objetivo llevar a Charlotte a su ya larga lista de MYM o como él decía Mujeres Ya Mías. Él era muy conocido por ser el típico modelo famoso egocéntrico, e incluso un tanto cruel, lo que no le llevó mucha buena fama y de alguna manera ese contrato lo salvaría del agujero oscuro en el que había caído.

-Mesa para dos-Aaron posaba su mano en la espalda descubierta de Charlotte.

Los meseros acompañaron a la pareja a su mesa y en seguida se retiraron.

-¿Crees que los llamarán?-Preguntaba Charlotte refiriéndose a los paparazzis

-Estoy seguro de ello.

Aaron la observaba de la manera que un León observa a su presa. Sus ojos brillaban cuando ella se mordía los labios, inevitablemente él se dió cuenta de que lo hace muy a menudo y de que ese acto lo vuelve completamente loco.

-Una pareja de hombres nos observa-Charlotte observaba por encima del hombro de Aaron.

Él colocó un mechón de pelo rebelde detrás de la oreja de Charlotte. Ella al notar sus dedos extremadamente suaves no pudo evitar sonrojarse.

Ella se repetía una y otra vez que no debía llegar más allá que estar en una relación falsa con Aaron, sabía el tipo de hombre con el que estaba tratando y lo astuto que era cuando se proponía algo.

-Te besaré ahora, no te asustes-ella asintió y se acercó.

Él se acercó y tomó el mentón de ella, suavemente ambos se besaron hasta escuchar el "clic" de la cámara, se separaron, sonrieron y terminaron de cenar.

-Hay una habitación arriba al fondo, puedes utilizar esa-Aaron se marchó y no salió de su habitación el resto de la noche.

Charlotte no se esperaba tanta dureza por parte de él, aunque después de todo, él está cumpliendo su parte del contrato y eso era lo que le interesaba.

Llegó a la habitación, y sonrió de oreja a oreja, estaba deprimente aquella habitación, lo cual suponía para ella poder decorarla a su manera, por lo menos hasta que el contrato expire.

Charlotte se sintió frustrada al darse cuenta de que no tenía todo lo que necesitaba para su decoración, salió sin avisar a Aaron, después de todo, él la estaba ignorando toda la noche, así que no le importaba si él reprochaba.

Charlotte iba por la calle con un par de bolsas en cada mano, contenta iba tarareando "Just the way you are" de -Bruno Mars. A lo lejos una luces llamativas de alguna manera le atrajeron, se acercó y uno por uno fue oliendo aquellas flores.

-¿Te gustan?

Charlotte dió un brinco y se giró. Un tipo alto y joven, poco más mayor que ella la observaba mientras olía cada flor.

-Las Clavellinas son preciosas-Charlotte se acercó la flor y absorbió su intensa y deliciosa fragancia.

-La Clavellina es conocida por florecer durante la noche, es cuando produce esa fragancia tan fresca.

-Es genial-le sonríe y vuelve a oler la flor-me la llevo.

-Te aseguro que te has llevado la mejor-él la mira de arriba abajo-¿no te he visto yo en alguna parte?

-Bueno, tal vez-sonríe inevitablemente-soy Charlotte Sellers, encantada.

Charlotte extiende su mano con una sonrisa, lo cual él no duda en aceptarla rápidamente.

-Estoy...guao, eres la modelo, nunca imaginé que alguien famoso entraría en una pequeña floristería, mucho menos en la mía, yo...yo me llamo Ethan Hide.

Ambos se despidieron con una sonrisa y Charlotte marchaba a su nuevo hogar.

Un enfadado Aaron con los brazos cruzados la esperaba. En cuanto ella abrió la puerta el no dudó en cogerle ambos brazos y obligarla a soltar las bolsas, junto a las clavellinas.

-¿Dónde has estado?¿Tu sabes la hora qué es?-no apartaba la mirada de Charlotte.

Ella aún más enfadada se zafó y recogió sus bolsas.

-Comprando.

-Está Luke-refiriéndose a su chofer-él podría haber ido por ti, no puedes salir a la calle a relacionarte con ese tipo de personas, mucho menos si eres una mujer.

Charlotte echaba humo por las orejas, desde luego no sabía si lo que más le molestaba era lo que dijo sobre las clases sociales o que la tratara de una manera un tanto machista.

-Que te den.

Es lo único que ella respondió antes de volver a su habitación.

Novios por ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora