Aaron miraba el techo sin poder dormir. La idea de volver a rozar los labios de Charlotte, lo hacían estremecerse. Apartó aquellas ideas de la cabeza y fue directamente a la cocina, tenía un hambre feroz. Pues el día anterior apenas había pegado bocado.
Su móvil vibró en su bolsillo, lo encendió, pero al ver el nombre de Tiffany sus ánimos de ir a por todas con Charlotte, cayeron como montaña rusa. Dio un suspiro y lo apagó.
-Hola-la voz fría y cortante de Charlotte lo sobresaltó.
-¡Ey!-fue lo único que se le ocurrió decir.
Charlotte lo miraba extrañado, sin decir nada dió media vuelta y salió de la cocina.
Aaron sin pensarlo subió a la habitación de Charlotte y entró sin más.
-¿Qué haces aquí? Si piensas que por ser tu casa puedes entrar cuando te dé la gana, estás muy equivocado.
Aaron escuchaba de fondo los reproches de Charlotte, pero lo único que tenía presente era a una Charlotte recién salida de la ducha con una toalla sujetando sus grandes pechos.
-¿Me estás escuchando?-Charlotte fruncía el ceño.
Ella sabía que él no le estaba prestando ni el más mínimo de atención. Lo empujó hasta sacarlo de la habitación.
-¡La próxima vez que entres sin avisar, no respondo!
Charlotte sabía perfectamente que los ojos de Aaron estaban en sus pechos, eso hizo que le diera un pequeño escalofrío.
Se cambió rápidamente, aún dudaba de si Aaron iba a volver a entrar aún habiéndolo amenazado.
Aaron fuera de la habitación de Charlotte se sujetaba la camiseta por el lado del corazón, sentía que el corazón le pedía que entrase a la habitación y tomara a Charlotte por las manos.
Se quito aquella atractiva idea de la cabeza y bajó de nuevo a su habitación. Ahora tenía más que claro que no iba a poder dormir, se vistió y escribió a Tiffany.
"Llego en 10min"
Charlotte desde su balcón leía un libro, después de una ducha fresca y estar en un ambiente caluroso, es lo que más le gustaba. Se levantó de la silla y miró hacía la ciudad, ellos estaban un poco apartados, pero eso le gustaba a ella, vio a Aaron subirse al coche e irse. No pudo evitar decepcionarse. Soltó un resoplido, ver irse a Aaron de la casa le dió una idea. Sin dudarlo más ella bajó a la habitación de Aaron, se aseguró que nadie del servicio la pillara, entró despacio y se quedó petrificada, aquella habitación era realmente triste, oscura. Sintió lastima por Aaron, siguió husmeando cajón por cajón. Llegó a uno que no podía abrirse, se necesitaba una llave, se frustró y lo dejó de lado.
"La curiosidad mató al gato" Recordó lo que su padre siempre le decía, pero ella era así, no podía quedarse con la duda, la mataría, abrió el armario y una fila de trajes de color negro y gris, la entristecía aún más.
Entró al baño, estaba todo impecable, si es cierto que aquella habitación era triste, pero la tiene sorprendentemente ordenada, pensó Charlotte.
-Si, mañana te devuelvo la llamada.
Charlotte escuchó la voz de Aaron, asustada no sabía donde esconderse, salió corriendo y se metió debajo de la cama, era demasiado tarde para salir de la habitación.
Los pasos de Aaron se escucharon al otro lado de la puerta.
Él entró se estaba desvistiendo, Charlotte no pudo evitar verlo, veía la ancha espalda de Aaron y los boxer le quedaban perfectos, como si estuvieran hechos a mano exclusivamente para él.
Charlotte estaba pensando en qué diría si le pillara Aaron debajo de la cama.
"Ojo por ojo diente por diente"
No pudo evitar soltar una pequeña risa, a lo que Aaron se giró, Charlotte maldijo mentalmente, Aaron se acercaba a ella, pero no había escuchado la risa de Charlotte, así que se metió en la cama.
Charlotte pegó un pequeño suspiro de alivio, pero la acción no había terminado ahí, aún tenía que esperar a que Aaron se durmiera y después salir de la habitación.
Pasaron aproximadamente dos horas, Charlotte estaba cansada de esperar, Aaron pasaba del móvil al ordenador y viceversa. Escuchó cerrarse el ordenador y dejó pasar quince minutos.
"Ahora es mi momento" Pensó Charlotte.
Despacio se arrastró por el suelo hasta salir de debajo de la cama, se puso a gatas y empezó a caminar, pero la mano de Aaron en el hombro de ella la paró en seco.
"La curiosidad mató al gato" Charlotte incapaz de girarse pensaba en qué dichoso era ese refrán.
ESTÁS LEYENDO
Novios por Contrato
RomanceEsta es la historia de Charlotte y Aaron, ambos totalmente diferentes, ella humilde y sencilla, ¿él? Egocéntrico y arrogante. Ambos se vieron "obligados" ha convivir juntos, ¿pero lograrán llegar al final de su objetivo sin sentir nada por el otro?