Comprendió su situación.
Comprendió que su altura no era la misma de antes. Comprendió que su alquimia seguía ahí. Comprendió que había dado su edad por Alphonse.
Y eso le bastó para estar tranquilo.
Sabía que si se le hubiesen ofrecido la posibilidad de intercambiar su edad para que Alphonse volviera a comer, respirar y, en general, sentir, lo hubiese hecho sin rechistar. No dudaba de que fue su decisión, y estaba tranquilo con eso.
De todas formas, escuchar voces en tu cabeza, haber vuelto a una edad más joven en tu vida y poder hacer alquimia debe ser mucho mejor que no sentir absolutamente nada, que tu alma esté en una armadura y que ni siquiera puedas llorar.
Entendió su situación y la aceptó. Trató de volver a su vida como si nada hubiese ocurrido. Las voces se volvieron una parte natural del día a día y su nueva altura se volvió normal. Quizá no todo estaba perdido, ¿cierto? Aún tenía a Winry, a Pinako, a Roy, a Riza y, sobretodo, tenía a su hermano Al.
Todo estaría bien mientras Al estuviese a su lado.
Ese era el mantra que se repetía a sí mismo cada mañana al despertar.
Golpeó nuevamente el clavo con el martillo en su mano. El martillo golpeó accidentalmente su mano mecánica. No pudo evitar sobresaltarse un poco. Es cierto, quizá no dolía en lo absoluto, pero eso no evitaba que la sorpresa fuera real. Mientras miraba si había algún daño, pensó en lo fácil que esa actividad sería si usase su alquimia, pero esa idea fue desechada casi en un instante; por más que se le facilitaría la actividad con ella, disfrutaba hacer la cosas manualmente, le daba una extraña sensación de calma, una sensación que apreciaba desde lo más profundo de su ser. Era como si todos sus problemas se disipasen, como si todo lo que existiese fuera ese mismo instante, como si se sintiera en control de todo lo que pasase en su vida.
̶C̶o̶m̶o̶ ̶s̶i̶ ̶e̶s̶t̶u̶v̶i̶e̶s̶e̶ ̶v̶i̶v̶o̶.̶
Vio la figura de su hermano acercarse, y se levantó de su sitio. Definitivamente, había valido la pena dar su edad por Alphonse. Sus bellos cabellos rubios se balanceban al son del viento, acompañando a sus radiantes ojos miel llenos de vida, y su piel, ligeramente bronceada gracias al sol, le hacía lucir como si brillase bajo la luz del ocaso.
—Winry me dijo que viniera a ver cómo ibas —fue lo que su melodiosa voz dijo. Él sonrió antes de mirar al sol poniente a su izquierda.
—Dile que ya casi termino, que me deje clavar éste... —y, dicho eso, levantó su pie artificial y lo golpeó contra el clavo que aún quedaba fuera, causando que se clavase en su sitio —. Y ya está —volvió su rostro a Alphonse, y se encontró con una pequeña sonrisa cálida.
—Ten cuidado, no vayas a caerte —fue lo que dijo, mientras se sentaba en la parte más alta del techo. Ed hizo lo mismo, quedando a su derecha.
Ambos contemplaron, el paisaje, sin decir nada por un tiempo, siendo su presencia más que suficiente para transmitir lo que pensaban. Fue finalmente que Al decidió retomar la palabra.
—¿Sabes? Creo que voy a hacer un pequeño viaje a Xing —sus ojos se centraron en su hermano menor, que tenía un pequeño toque rojo en su rostro, y no pudo evitar soltar una sonora carcajada.
—¡Cielos! ¡Hasta que por fin te animas a aceptar que te gusta esa chica! ¿Cómo se llamaba? ¿Mei? —al ver cómo su rostro se entojecía, volvió a reír —. ¡Está bien si quieres ir con ella! ¿Quién soy yo para juzgarte? ¿Dios? —Alphonse cruzó miradas con él.
—De verdad está bien?
̶N̶o̶.̶ ̶N̶o̶ ̶e̶s̶t̶a̶b̶a̶ ̶b̶i̶e̶n̶.̶ ̶S̶u̶ ̶d̶u̶l̶c̶e̶ ̶h̶e̶r̶m̶a̶n̶i̶t̶o̶ ̶i̶b̶a̶ ̶a̶ ̶i̶r̶s̶e̶ ̶l̶e̶j̶o̶s̶ ̶d̶e̶ ̶a̶h̶í̶.̶ ̶I̶b̶a̶ ̶a̶ ̶i̶r̶s̶e̶ ̶l̶e̶j̶o̶s̶ ̶d̶e̶ ̶é̶l̶.̶ ̶N̶a̶d̶a̶ ̶i̶b̶a̶ ̶a̶ ̶e̶s̶t̶a̶r̶ ̶b̶i̶e̶n̶.̶ ̶T̶o̶d̶o̶ ̶e̶s̶t̶a̶b̶a̶ ̶y̶e̶n̶d̶o̶ ̶t̶a̶n̶ ̶b̶i̶e̶n̶,̶ ̶e̶n̶t̶o̶n̶c̶e̶s̶,̶ ̶¿̶p̶o̶r̶ ̶q̶u̶é̶ ̶t̶e̶n̶í̶a̶ ̶q̶u̶e̶ ̶c̶a̶m̶b̶i̶a̶r̶ ̶d̶e̶ ̶p̶r̶o̶n̶t̶o̶?̶ ̶¡̶S̶i̶ ̶é̶l̶ ̶q̶u̶e̶r̶í̶a̶ ̶t̶a̶n̶t̶o̶ ̶s̶u̶ ̶f̶e̶l̶i̶c̶e̶s̶ ̶p̶o̶r̶ ̶s̶i̶e̶m̶p̶r̶e̶ ̶d̶e̶ ̶v̶u̶e̶l̶t̶a̶!̶
Una sonrisa se colocó en su rostro —¡Claro que sí!
Al se levantó —Está oscureciendo, ¿volvemos? —le ofreció una mano, para ayudarlo a levantarse. Él la aceptó y se levantó, tomando el martillo que había subido con él.
Ambos comenzaron a dirigirse a las escaleras para bajar, listos para tener la cena que Pinako les tendría preparada. Todo estaba en sus cabezas como si fuese a salir bien.
Pero en la vida de los Elric, nada puede salir como desean.
Es por eso que, cuando Edward estaba a punto de poner un pie sobre la escalera, no calculó bien distancias, por lo que terminó pisando mucho más adelante de lo que debería.
Su suela no encontró lugar de apoyo para el resto de su cuerpo.
Todo su ser cayó sin remedio al lejano suelo.
El tiempo pareció detenerse.
Alphonse se asomó por sobre el tejado, pero no pudo hacer nada por su hermano.
Edward continuó cayendo, vista hacia el suelo, y cerró sus ojos, esperando el inevitable golpe.
Solamente se sintió detenerse, pero no hubo el extremo dolor de un golpe por caída. Al contrario, era como si se hubiera detenido por un colchón de aire.
No quería abrir sus ojos, pero no le quedó de otra.
Poco a poco, sus ojos se encontraron con el suelo.
Sin embargo, el suelo se debía de encontrar a, como poco, 10 centímetros de su rostro.
Por un segundo, creyó que eran imaginaciones suyas, y le costó entender que no era así, que realmente estaba ocurriendo.
Estaba flotando.
Se giró sobre él mismo, mirando al cielo. Al seguía en el techo, mirando completamente asombrado la escena frente a él.
Sin cuidado, se dejó caer al suelo. Sus manos fueron a su rostro, y solamente podía pensar una sola cosa.
¿Qué diablos estaba mal con él?
ESTÁS LEYENDO
God's Alchemy » Fullmetal Alchemist ©
FanficSoledad. Avaricia. Desprecio. Ira. Tristeza. Lujuria. Desamparo. Hambre. Vacío. Pereza. Nostalgia. Orgullo. Temor. Envidia. Un Dios es un ser inmortal, omnipotente y omnipresente; un ser perfecto en todos los sentidos de la palabra. Al menos para lo...