CAPITULO 2

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Oyendo a lo lejos los gritos emocionados, y el cántico tradicional del cumpleaños, Jungkook llevó su vaso con whisky hasta sus labios, tragando el contenido en un solo movimiento.

Era el cumpleaños número diez de su hermana pequeña.

La única que tenía, para sincerarse.

Tal vez toda la familia, y todos los conocidos de la familia lo consideraran un gran hijo de perra insensible que no estaba al lado de Hye cuando la pequeña estaba cumpliendo su primera década de vida. Tal vez todos lo vieran como una basura desorganizada que necesitaba arreglar su mierda.

Joder, pensándolo bien ¿Quien se ponía a ahogar penas en los cumpleaños de sus hermanos?

Bueno, definitivamente una excepción al caso era Jeon Jungkook.

Pero no le importaba.

Al principio, se había hundido en su propia miseria, y que su familia lo encontrara levemente tomado en las fiestas de su hermana solo hacía que todo el mundo se pusiera enojado. Con todo el mundo enojado, todo el mundo podía echar en cara lo irresponsable que era Jungkook por estar haciendo eso en una fecha tan importante. El resultado era más sufrimiento para el mayor de los hijos Jeon.

Sin embargo, con el tiempo, eso se había convertido tan doloroso como el piquete de un mosquito. Era como volver a enterrar el mismo cuchillo, en la misma herida, una y otra vez. Después de unas cuantas veces, ya se vuelve insensible.

Independientemente de ello, Jungkook ya no se emborrachaba, o si quiera se ponía levemente mareado. No era justo para su hermana.

Lo sabía.

Por eso, porque la pequeña no entendía el comportamiento de su hermano, en su octavo cumpleaños, Hye pidió poder ir a quedarse una noche en la casa de su hermano, solo para que, a la una de la mañana, la pequeña llegará arrastrándose desde la habitación de huéspedes hasta el cuarto principal de Jungkook, llorando desconsoladamente.

En ese entonces, Hye le había preguntado por qué era tan malo con ella en sus cumpleaños, y Jungkook no pudo sentirse peor. Estrellándose contra la realidad, se dio cuenta de que su hermana sufría mucho gracias a los problemas que el tenía con su propia mierda.

No era una excusa totalmente válida, pero Jungkook tenía que contarle a Hye porque se comportaba de la manera en que lo hacía en sus cumpleaños, para que la pequeña lo pudiera perdonar si quiera un poco.

Y si no era eso, por lo menos entender.

Jungkook no tomaba porque a él le gustará en demasía el alcohol. Era alguna especie de cliché que todos creyeran que los abogados tomaban por clase o por qué era una profesión de alta alcurnia.

Pura mierda.

A Jungkook no le gustaba tomar como un desenfrenado chiquillo hormonal solo para terminar, en el mejor de lo casos, vomitando en un baño con miles de cucarachas, y en el peor, tal vez haciendo el ridículo en pleno Seoul.

Al principio, cuando comenzó a hacerse la costumbre de tomar en los cumpleaños de su hermana, terminaba sin poder mantenerse en pie, ni si quiera cuando se apoyaba en algo o en alguien. Ahora, solo le gustaba disfrutar de la sensación de quemadura que dejaba el líquido en su garganta y en la boca de su estómago.

Pero incluso con eso, Jungkook solo tomaba alcohol en pocas fechas, lamentablemente para su hermana, el cumpleaños de ella era una de estas.

Aunque, después de que le explicó a Hye por que se ponía a tomar en su cumpleaños, la pequeña, sin importar su edad, entendió a la perfección, y no lo culpó de que tuviera esa vía de escape por el doloroso recuerdo.

The Power Of The Future [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora