➳Midoriya Izuku es un chico normal y sencillo que tenía un sueño inalcanzable: entrar al Club de Béisbol del instituto UA, y ser la estrella del equipo.
Pero no todas las cosas son sencillas en la vida, no cuando existía un entrenador estricto y ma...
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Izuku Midoriya sí entendía lo que era ser pitcher (su posición), lo había practicado anteriormente en su escuela, salvo que fue el pitcher de la banca que sólo salía al montículo cuando Kacchan sufría una lesión leve. No daba más que una sola entrada. Y a sus compañeros de equipo tampoco les importaba que no jugara pese a que sabían que podía a llegar ser más eficiente.
Él se rindió ahí. Era un sueño imposible. Pero según su madre, no había que perder las esperanzas. Su madre se lo ha dicho incontables de veces, pero aun así Izuku no salió del huevo llamado: «inútil depresión». No quería salir de ahí ni entrando a UA: la escuela donde estudió el mejor pitcher de Japón, Toshinori Yagi, del equipo All Might.
Aaaah, suspiró buscando el club de manga en el cual se había metido el día anterior. Vio unas puertas dobles, que tenía encima un cartel «Club: ¡Pasión por los mangas!». Abrió las puertas con una pequeña sonrisa en los labios, pensando que no era un disgusto para él el Club de Manga. Vio que en el interior se hallaba Kaminari Denki y Minoru Mineta, sus compañeros de clase.
—¡Midoriya! —exclamó el rubio levantándose de la silla para llegar hasta él. Le dio un abrazo fuerte—. Hombre, llegas tarde.
—Pero apenas es temprano...
—No, Midoriya, aquí hay que estar puntual —reprochó Mineta poniendo un manga sobre la mesa—. Pero, ¡no importa!, entra. Y cierra bien la puerta.
Izuku le hizo caso y después se sentó en la punta de la larga mesa.
—Eh... ¿somos tres? —quiso saber.
—No, no, no —sacudió la cabeza, Denki—. Faltan algunos. Y el sempai de tercero.
Ambos saltaron en sus asientos al escuchar fuertes golpes en la puerta.
—¡Abran ya! —gritaron tras la puerta.
Mineta fue a abrir la puerta. Dos chicos y una chica entraron, sus rostros viéndose extraños. Izuku tembló un poco.
—¡Tres nuevos! —exclamó la única chica—. Mina Ashido... Este es Hitoshi Shinso, el representante del club.
—Obligado —murmuró molesto.
—Y... Yuga Aoyama —señaló al rubio que posaba con una mano en la cabeza y la otra en la cintura—. ¡Bienvenidos a «¡Pasión por los mangas!»!
Los tres aplaudieron. Shinso se sentó al lado de Izuku, Mina frente a este en la otra punta de la mesa y Aoyama al lado de Kaminari.
—¡Bien! ¿Qué leen usualmente? —les preguntó Mina.
Mineta alzó la mano.
—Hentai...
—¿Alguien más?
—Shoujo —dijo Kaminari de golpe y con una sonrisa grande—. ¡Me encanta! Aunque, Mineta, lo que dices no está ma...
—¿Y tú? —lo calló de golpe la chica y apuntó a Izuku—. Dime que shonen... Eres mi última esperanza.
