Capitulo 6

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La luz del despacho se apagó y la silueta de una mujer con vaqueros y una camisa a cuadros de manga corta salió de allí cerrando la puerta de forma un tanto descuidada produciendo un fuerte sonido, lo que realmente no importaba mucho porque a esas horas la Comisaría estaba prácticamente vacía, el reloj se había encaprichado en avanzar muy despacio, tan lento que más de una vez estuvo tentada a volver al laboratorio y abrazar a Camila sin una razón en especial, simplemente porque quería hacerlo y punto. Pero se refrenó.

 

Y lo hizo porque la chica le gustaba, ¡Le gustaba mucho! Aunque de pronto lo reconociera como en este momento y después se empeñará en negarlo, en argumentando que quería un polvo y nada más.

 

Pero si de verdad fuera un polvo ¿Entonces por qué se la pasaba pensando en ella y sentía esos bichos aleteando libremente por todo el estómago? ¿Por qué era incapaz de enfadarse con ella? ¿Por qué cuando se metía en líos solamente pensaba en protegerla? ¡Por supuesto que le gustaba! Solamente que sentía temor, el temor natural que se siente por lo desconocido, Lauren Jauregui no conocía el amor, inclusive esos insectos voladores que acababan de encontrar en la boca de su abdomen una nueva colonia para vivir, era algo completamente nuevo para ella, pero la verdad es que se sentía tan bien tener a esos inquilinos ahí dentro, que no chistaba, solamente se dedicaba a disfrutar y lo mejor es que había identificado la fuente de ese placer...

 

ERA ELLA. Camila Cabello y era la responsable de que su vida se estuviese transformando. 

 

Por momentos lamentaba no tener nada que ofrecerle, se avergonzaba de ser quien era, de vivir de una manera tan poco digna y entonces desearía ser una verdadera Agente del CNI, pero la vida es así, los errores terminan pasando factura más temprano que tarde y esa mujer que la estremeció desde el momento en que la vio, llegó tarde a su vida, apareció hasta que su alma estaba tan renegrida que ya no quedaba espacio para algo tan bello y puro como el amor que Camila había sembrado en menos de tres días.

 

Sintió vibrar el móvil dentro del bolsillo de su pantalón.

 

SMS: "Ya estoy cerrando el CSI, te veo en el aparcamiento" 

 

Sonrió de oreja a oreja, era ella, la mujer en la que había pensado toda la la mañana, la tarde y parte de la noche, pero por fin se había desocupado y por fin la vería de nuevo y no sabía que decirle, no tenía idea si Camila ya estaba enterada y no le importaba o si estaba en una fase de negación, y prefería hacer de cuenta que no pasaba nada, antes de enfrentar el hecho de que Lauren no era una buena persona pero aún así tampoco podía detener el deseo de estar con ella.

 

Todo aquello por culpa de una fuerza demasiado poderosa, que no se mira, ni se palpa, que simplemente no tiene explicación, pero está ahí coordinando cada uno de tus pensamientos y por lo tanto los movimientos de tu cuerpo. 

 

Y ahí iba ella, dispuesta a encontrarse con su chica y disfrutar de su compañía sin pensar,  pero de pronto el móvil hizo nuevamente acto de presencia, está vez era una llamada entrante y observó el nombre de Troy en la pantalla.

 

-Dime…-Respondió sin muchas ganas de tomarle la llamada, lo que realmente deseaba era salir corriendo al estacionamiento y reunirse con Camila, llevaba doce horas esperando por ese momento.

Arder contigo en el infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora