C A P I T U L O 1

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Jules Dupont.

25 de enero, 2019.

Me encontraba viendo una serie después de lo sucedido con mis padres, no le tome mucha importancia, ellos siempre se iban a si y luego regresando me pedían disculpas por su forma de enfurecer tan enloquecedora, me daba igual lo que dijeron, pero me molestaba que no entendieran que solo estaba enfocada en mi futuro y no me importaba no poder ir a fiestas o disfrutar con mis amigos para lograr mi cometido, quería un buen futuro y para ello debía de sacar buenas notas y prestar atención en cada uno de mis estudios, en vez de que mis padres se alegraran por ello, me decían que saliera y disfrutará de mi vida, pero claro que si me felicitaban cuando sacaba buenas notas, solo no se les hacia de una adolescente normal no salir y pasarla estudiando.

Me encontraba muy concentrada en aquella serie de misterio cuando un golpe seco que venia de la cocina me hizo brincar.

¿Habrán llegado ya mis padres?

Me levante con un poco de miedo ya que mi hermanita se encontraba dormida en el sillón conmigo, puesto que cuando nos quedábamos solas le gustaba poder pasar mas tiempo conmigo.

Me dirigí a la cocina para ver que era lo que había ocasionado aquel ruido.

-¿Mamá?-dije con la voz como susurro ya que no quería despertar a ese pequeño demonio.

Pero solo seguía silencio y más silencio.

Seguí caminando para haya y cuando me encontraba apunto de encender la luz alguien me tomo la mano y me estampo bruscamente contra la pared.

Por la oscuridad no podía ver claramente quien era, pero sabia que era un hombre se veía musculoso y solo escuchaba su respiración.

¡Ay Diosito cuídame!

Susurre para mis adentros, me encontraba con el corazón latiendo frenéticamente y sin poder formular palabra alguna, aquella persona parecía que no iba a hablar, hasta que rompí el silencio yo.

-¿Qui-quien er-es?-dije muy agitada, por su estatura pude determinar que, el era mucho más alto que yo y se me haría imposible golpearlo, pero si lo golpeo con la pierna...

-Ni lo intentes, soy mucho más fuerte que tú y solo conseguirás que me enoje.-dijo  con una voz muy ronca, no se distinguía bien por que al parecer tenia algo que la hacia cambiar de su voz original.

-¿Como lo supiste?

-Se leer bien los pensamientos. ¿No?-dijo pegándome mas a la pared. Me tomaba muy fuerte de las muñecas por arriba de mi cabeza y seguramente tendría moretones mañana, sí lograba salir de aquí.

-No te voy a matar, Jules-dijo de nuevo. Oh demonios, ¿que enserio sabia leer los pensamientos?

-¿Entonces que me harás?-susurre, yo solo esperaba que no le hiciera nada a Harriet, ella solo era una bebita y aunque sentía cierto rencor por haberme dejado aun lado un poco mis padres cuando nació ella. Pero yo la amaba y ella a mi. Tenia 4 años y recién cumpliría cinco.

-Yo solo tenia ganas de verte.-dijo un poco burlón.

-¡¿Quien eres?!-casi grite pero seguía cuidando de no despertar a Harriet, no quería que este tipo le hiciera algo.

-Bien me conoces, Jules, pero no es momento, solo vine a preguntarte una cosa.

-¿Que?-dije, tampoco me quería poner a pelear con el, no quería que me hiciera daño y no sabia si podía siquiera golpearlo.

-No, no puedes.-se escucho que se burlaba de nuevo, no comprendo como hace esto.-Bueno, me encanta poder estar a centímetros de besarte, pero solo quiero saber, ¿te arrepientes de lo que dijiste hace unas horas?-susurro y cuando dijo lo de besarme un escalofrío me recorrió.

-¿De que es lo que hablas?

-Ahg, te lo pongo mas fácil, ¿te arrepientes de haber dicho que todos desaparecieran?

-¿Como sabes eso?-dije un poco confundida.

-¡Solo contesta!-dijo gritando un poco ya enojado.

-¡No!, ¡no me arrepiento!-dije de igual manera.

-Te arrepentirás.-dijo sin más y salio de ahí  soltandome de los brazos.

Me quede quieta hasta que una bolita pequeña blanca apareció en la cocina.

-¿Que esh lo que pasha hemanita?-dijo Harriet con su voz aniñada, pero tan dulce, tallandose sus ojitos con sus manitas pequeñas.

-Nada, Harriet, vamos a dormir ya.-dije sonriendole tratando de ignorar todo lo que había pasado antes.

-Shi. Me pueles regalal poquito juguito, hemanita.-asentí sonriente, no hablaba aun bien por su edad y la consentiamos demasiado por eso hablaba tan así.

-Claro que si, ven vamos.-dije mientras la cargaba en mis brazos para agarrar un poco de jugo.

Después de leerle un cuento a Harriet, se encontraba durmiendo a mi lado con su respiración tranquila y sus mechones dorados esparcidos por todos lados sus pestañas doradas descansaban en sus pomulos, era muy tranquilo verla dormir, solo me hacia querer abrazarla fuertemente para que nadie la dañara, por que ella era tan frágil y delicada.

Poco a poco fui cerrando mis ojos y quedándome profundamente dormida...

Sin imaginar lo que me esperaba mañana.

N/A: ¡Espero les guste este capitulo!
  En el siguiente capitulo viene lo buenooo.

Nos vemos bebés,

Besos,

F.💗

Jules. «Pausada.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora