VENDING MACHINE - L. HAECHAN

CAPÍTULO 7

[YEEUN]

—Seungminnie~ —dije abrazándole por la espalda, por el saltito que pegó supe que le había asustado.

—Yeeunnie~ —dijo con mi mismo tono— ¿Qué tal? Pensé que tenías que ir al médico hoy.

—Ya fui y decidí darte una sorpresa. —le di un beso en la mejilla y me senté a su lado en el pequeño banco— ¿Qué tal hoy en la práctica de béisbol?

—Muy bien. —dijo contento— Aunque creo que al entrenador no le gusta que me salte un día a la semana por mis prácticas vocales.

—Tienes que entender que él quiere lo mejor para su equipo. Y no querría perder a su estrella. ¿Ya has decidido a qué empresa te vas a presentar?

—O JYP o SM. Aún no estoy muy seguro.

Estaba muy orgullosa de él, de perseguir su sueño de ser cantante pero no podía evitar preocuparme por él. ¿Y si se hacía daño? ¿Y si no volvía a verle? Estaba arriesgando mucho al intentar ser idol.

—¿Te apetece ir a un café? —le pregunté para que saliera de su rutina diaria— Yo invito.

—Mhmm... Vale, pero estoy algo cansado así que no me quedaré hasta tarde. —se levantó y me tendió su mano— Vamos.

Después de beber algo en el café le acompañé hasta su casa y me dirigí al parque donde me reuniría con Donghyuck, dijo que tenía algo importante que contarme.

—¡Ten mucho cuidado! —me dijo antes de irme.

—Lo tendré, tranquilo.

Y lo tuve, pero cuando alguien te intenta hacer daño, por mucho cuidado que tengas no puedes evitarlo.

—¡Yeeun! —aceleré mi paso al oír esa voz y oí sus pesados pasos cada vez más cerca mío— Moon Yeeun, por favor, espera un segundo. Es sobre Donghyuck creo que está en peligro.

Paré en seco y se estrelló contra mí, casi me caigo pero me agarró a tiempo. Giré para mirar a Yukhei a la cara y me alejé para soltarme de su agarre.

—¿Qué has dicho?

—Que Dong-

—No te creo. —le corté enfadada— A ti nunca te ha importado él y menos aún ahora, dime por qué debería creerte.

—Tengo pruebas. —sonaba agitado, pero sacó su móvil del bolsillo donde lo guardaba y reprodujo un audio en el que claramente se podía oír a Donghyuck pidiendo ayuda— ¿Ahora me crees?

Seguía sin confiar plenamente en él, pero no podía arriesgarme, así que asentí.

—Sígueme.

Andamos por bastantes calles hasta que llegamos a la entrada del colegio y me dejó allí diciendo que estaba dentro.

—¿No vienes conmigo? —pregunté perpleja.

—Entraré por el otro lado, es algo más difícil entrar pero es también más rápido. Hay que saltar un muro muy alto y te podrías hacer daño.