Capitulo 2

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El bullicio se mantenía en la sala mientras el director no mostraba su presencia, la reunión sobre el proyecto empezaría en menos de 20 minutos. Mantuve mi concentración en las diapositivas de mi exposición, a pesar de los incesantes murmullos que se encontraban a mi alrededor.

—¡Buenos días! — su voz retumbó en la sala, caminando con ese porte que tanto lo distinguía. Solo fueron unos segundos cuando nuestras miradas se encontraron y una sonrisa intensa floreció en sus labios, tomó asiento y esperó, La puerta se abrió.

Volví a entender y mi ilusión despareció.

Una dama entró. Era nueva. Entró en silencio mientras yo me acomodaba a delante para exponer. Sobre sus manos se encontraba una bandeja con varias bebidas encima, mordí mis labios enojados y quise llorar porque no debía ponerme celoso cuando realmente yo no era nada para él.

Los 14 pares de ojos danzaron por sobre todo el cuerpo de esa despampanante mujer, inclinó su cuerpo deleitando a sus pechos a esos ojos codiciosos, ella lo sabía, sabía que su cuerpo era digno de admirar y de disfrutar.

Le dejó el café cerca de sus manos aprovechando su cercanía para pasar esos escuálidos y delgados dedos por su hombro. Se inclinó sobre la mesa con el pretexto de no llegar al otro masculino, mostrando aún más y de manera personal sus preciados atributos al de más valor en esa a sala ¿qué podía hacer por ella? Nada claramente ella no deseaba ser ayudada, ella trataba de ganarse al pez gordo de la sala y por donde estaba su mirada estaba indica entonces, que lo había logrado. Suspiré de irritación.

Carraspeé para llamar la atención de todos, pero, quien me miraba con aquellos ojos soñadores y embelesados era uno de mis fieles y únicos amigos junto con su pareja, Chanyeol. Seguí con mi exposición ignorando a los demás a sabiendas que podían escucharme.

Hasta que otra mirada se fijó en mí. Haciéndome sentirme inquieto, me sonrió tranquilamente dándome ánimos cuando lo notó, SuHo, el vicepresidente. Él fue el primero aplaudir cuando terminé y su sonrisa me cautivó. Sabía que le gustaba.

Cuando la reunión se dio finalizada, todos se alistaron y salieron entre platicas y murmullos por la excitante escena que se había acontecido. Recogí mis cosas lentamente para salir de último, suspiré y tomé mis cosas en la mano. Cuando llegué a la puerta, él estaba allí, SuHo, esperándome en la salida, pasó sus manos sobre mis hombros y me regaló cumplidos durante el trayecto hacía mi oficina.

—¡Do KyungSoo pasa a mi oficina en 5 minutos! — su voz cuando se lo proponía era atemorizante y sus ojos aún más.

— Enseguida señor Kim. — SuHo inclusive, me acompañó hacia la oficina de su hermano, siguiendo con la conversación de la que estábamos concentrados e invitándome a almorzar después de hablar con el jefe y aclarándome que necesitaba mi número telefónico para contactarme. Acepté gustosamente con la esperanza de alguna cita futura. Se despidió de mí cuando llegué a la oficina.

Toqué la puerta cuatro veces como él me lo había exigido, escuchando un leve "pasa" giré la perilla y entre.

Y Entré al infierno.

Me sonrió desde su lugar, y con esa sonrisa jugosa embistió con fuerza a esa misma mujer de la junta, quien estaba acomodada con las manos sobre el mueble y las rodillas, en 4. Sus senos se movieron hacia adelante por la inercia de los movimientos del hombre, la blusa arrojada al suelo junto con el sostén, y su falda enrollada en la cintura.

No perdió el tiempo, él estaba vestido imaginando que solo su bragueta estaba abierta y con su miembro puesto donde mejor cabía.

Sus gestos por primera vez me dieron asco al igual que la sonrisa coqueta que había apareció otra vez, embistió de nuevo a la mujer haciendo que ella gritase supongo que, de placer, sentí mi estomago revolverse y giré mi cuerpo para huir.

Todo tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora