Oportuna discordia I

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Lo último que me viene a la mente era el sonido de la voz de aquella mujer. La sensación de que todo mi cuerpo se debilitaba y finalmente todo se hizo negro. La imagen de Lithu todavía de pie mientras yo me desmayaba no me causa más tranquilidad. Nunca se lo que piensa y mucho menos lo que planea hacer. Solo espero que este bien y no haya hecho nada estúpido, al menos no más estúpido de lo que yo haría.

El sonido de una rata chillar de agonía mientras es aplastada por los engranajes de una compleja máquina de vapor me sacan de mis pensamientos. Abro mis ojos para ver que estoy en una especie de habitación de calderas que dan vida a una maquinara que no reconozco. Empiezo a buscar en mis ropas para saber que me dejaron antes de encerrarme, rezando que fueran buenos y me dejaran al menos el reloj de bolsillo que guardo en mi chaleco, pero nada de nada.

-No son novatos entonces. ¿Por qué nunca son novatos?-

Digo para mí mismo con aires de pesimismo. Se llevaron todas mis cosas o en sus defectos las tiraron en donde nos atraparon. Me siento contra la pared a ver el techo y cada parte de la maquinaria que cubre las calderas y que siguen su camino hasta un hoyo en el techo que va a algún lugar. Si hago memoria de los diagramas de las cañerías no se supone que pueda existir una maquinaria así. Por lo tanto no estoy en las cañerías o al menos no en las principales.

-Estoy harto de dejar que los monstruos de la madre se coman a los humanos. Yo estoy harto de la sangre de rata ¡¡¡quiero sangre humana!!!-

Escucho la voz escabrosa de alguien a través de la única puerta que hay en la habitación. En la pared que queda en frente de las calderas, una puerta hecha de hierro que se ve realmente gruesa y no deja ninguna apertura desde este lado. Tengo que actuar y buscar a los otros, así que voy a las calderas, arranco un pedazo de manga y tomo uno de los tubos que manda vapor. El tubo se resiste al inicio pero después de jalar con todo mi peso y unas cuantas maldiciones se rompe y libera un chorro de vapor que empieza a llenar la habitación. Parte de la maquinaria deja de moverse y empieza a causar distintos crujidos con rupturas de los engranajes. Me apego a un lado de la puerta a esperar que entre alguien a revisar. Después de un buen rato llega una nueva voz que empieza a discutir con la voz escabrosa.

-Inmundicia la Madre no está de humor para los fallos-

-¿Fallos? El único fallo aquí es no dejarme comer a aquel humano-

La otra voz se escucha femenina, muy fría, no era como la de aquella mujer. Así que respire más tranquilo y seguí escuchando

-El ganado que guardamos en las calderas rompió una de las tuberías. Haz que arregle la tubería y no intentes comértelo-

-Si se resiste me asegurare de no bebérmelo todo y dejarte un poco-

De repente escucho un gemir ahogado, seguido por un golpe fuerte contra la puerta.

-Sigue así inmundicia y te aseguro que serán las ratas quienes coman de ti y no al revés-

Después de eso no escucho ninguna otra palabra. La puerta empieza a abrirse, por suerte se abre hacia adentro y quedo del lado que cubre la puerta. Unos segundos después aparece una figura encorvada no más alta que metro y medio, cubierta de ropas negras, su cabeza muchas partes carentes de pelo y las que tienen están enmarañadas y sucias.

-¡Ganado! Arregla lo que rompiste o te romperé los huesos. No te escondas en el vapor ganado-

Gracias al vapor que llena la habitación logro ocultarme. Por un momento considero golpear al vampiro con el tubo, pero no funcionaria, no tengo la fuerza que tiene Lithu y sin duda si fallara en matarlo, el no fallaría en drenarme a mí. Me quito el chaleco y lo tiro lo más lejos que puedo, pierdo al vampiro que se adentra en la niebla y decido salir de la habitación. Mientras salía decidí cerrar la puerta pues es descortés salir sin cerrar la puerta, pesaba como el demonio pero la logre cerrar antes de que llegara el vampiro a detenerme. Escuche como golpeo la puerta al darse cuenta de que era muy tarde, empezó a soltar maldiciones y demás groserías.

-Realmente vulgar e inmundo señor-

Me rio de mi propio comentario y luego se me va el humor a darme cuenta del dilema de tomar derecha o izquierda. Veo que hay una luz hacia el lado izquierdo y decido ir hacia allá, camino lo más rápido y silencioso que puedo, manteniéndome lo más pegado que se puede a la pared de la derecha. Finalmente llego hacia la luz al final del pasillo y veo a mi izquierda una escalera que va en bajada. Antes de reconsiderar si ir hacia el otro lado escucho gritos viniendo de lo profundo de la escalera. No estaba al cien por ciento seguros pero esos tenían que ser los gritos de Lithu.

Empecé a bajar lo más rápido que pude, casi me tropiezo en las escaleras en espiral que bajaban a una vorágine de horror y gritos de miedo. Finalmente una luz al final de la oscuridad y salgo de las escaleras para encontrarme en un nuevo pasillo que tenía una única dirección hacia la derecha de las escaleras. Los gritos se hacen cada vez más fuertes mientras avanzo en el pasillo, me toma más tiempo del que me gustaría hasta que llego a un cruce. De nuevo derecha e izquierda, ninguna señal para decirme "aquí están tus amigos ve a rescatarlos" no siempre tiene que ser con suerte. Un grito femenino bastante fuerte seguido de una maldición bastante sonora me indica el camino a seguir de la derecha. Si allí no estaba Lithu estaba una esposa molesta por el amorío de su esposo o por el chisme del día. Finalmente llego a una serie de celdas con agujeros para ver su interior. Reviso uno a uno las celdas, hasta que hallo la correcta, doy un toque un tiempo tres toques un tiempo dos toques. Soy respondido con la dulce voz de Lithu y un hermoso comentario de alegría

-¡SACAME DE AQUI ZED, HAY MUCHAS DE ELLAS AQUI SACAME, SACAME DE AQUI YA IMBECIL!

Su dulce voz me reconforto al saber que ella estaba bien y no le había pasado nada malo. Rompo la hebilla de mi cinturón y la utilizo como una ganzúa para abrir la cerradura, con un poco de juego y algo de técnica escucho un sonido metálico seguido de la puerta abriéndose. Lithu sale disparada de la celda, cubierta de telarañas y sus respectivas dueñas, se sacude frenética mientras decido disfrutar del show. Después que se sacude me acerco a verla

-¿Cómo estuvo tu terapia de shock Lithu? espero que no hayas quedado enredada por una metida de patas-

Le doy con el codo suavemente mientras insinuó mi pésimo chiste. Ella responde como siempre y me da un taconazo en el pie. Al menos ella está bien y mi pie ya está insensibilizado.

-También te despojaron de todo ¿cierto?-

-lamentablemente de todo pero al menos aún tengo mi ingenio y mi humor-

Lithu se restriega la cara y responde con tono triste

-lamentablemente aun tienes tu humor-

Ignoro el comentario y prosigo a informarle de lo que vi, aunque no mucho cualquier información sirve. Ella procede a decirme lo que sabe.

-Nos llevaron a Renmy y a mí a este lugar, como no te vi supuse que te habrían dejado allá o te tenían en otro lado. A Renmy se lo llevaron hace poco, pero no logre ver hacia donde. El sujeto de la máscara de hierro no sé qué se hizo pero sería bueno contar con su ayuda así que será bueno buscarlo también. También logre escuchar una conversación sobre que aun están siendo atacados por los demás cuervos, así que la operación está en pie. ¿Sabes lo que significa no Zed?-

-Significa que aún estamos de servicio y nuestra prioridad es reagruparnos, armarnos y acabar con las presas-

Lithu me dedica una leve sonrisa antes de volver a su expresión antipática. Estamos los dos bien al menos ya solo nos faltan un compañero y un amigo.

-sigamos entonces Lithu, ya tuve suficiente protagonismo-

Los cuervos de CainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora