Capítulo 1.- LA PUERTA DE MADERA

17 1 0
                                    

A centímetros de una puerta de madera yace un vaso vacío, a su alrededor no había nada ni nadie, desde una ventana entraban los rayos de sol y se escuchaba el sonido de las aves cantar, a lo lejos se escuchaba una vieja radio donde hablaban sobre cómo poder bajar los niveles de estrés que aumentaban cada año. En la habitación colindante y sentado sobre un un viejo sofá se escucha un gato maullar, incesante, como si algo quisiera gritar.

Claudio como cada día después de una ardua jornada laboral a su casa deseaba llegar, nadie lo espera, solo Violeta su gata que al verlo llegar acaricia sus piernas en señal de felicidad. Claudio se pasea por la cocina, busca un vaso y algo para tomar, la luz por la ventana es leve y poco a poco la habitación se empieza a apagar, Claudio se sienta y Violeta sobre sus piernas se empieza a acostar. Claudio como si fuera su mejor amigo le empieza a comentar, habla sobre su jornada laboral, de lo cansado que está, de su compañero Luis, de los amoríos que tiene con la secretaria de Don Raúl, la misma que le cuenta sobre lo conformable que es su matrimonio, que su marido es un hombre ideal. Habla de lo difícil que es vivir tan lejos de su madre, que hasta el día de hoy no sabe de sus hermanos. Violeta sobre sus piernas lo mira con mucha atención, escuchando cada palabra que su amo Claudio le contaba.

Cae la noche, y el trinar matutino de las aves es reemplazada por el suave sonido de los grillos, la luz que entra por la ventana proviene del farol que se encuentra a media cuadra de la casa e ilumina con un color anaranjado una parte la habitación. Claudio lentamente cae en un sueño profundo y deja caer el vaso que sostenía en su mano, este rodó y avanzó hasta la puerta de la cocina derramando el poco alcohol que quedaba en el.

Un Viaje al AvernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora