estoy fuera, allá lejos, en las montañas frías donde el río nace y el mar solo se ve en fotografías.
Tengo una M1911 en mis manos. Hay un ciervo, y le doy de comer.
Dicen que el arte de escribir, a veces, es trabajo del corazón, el deseo intelectual es vaciado y se guarda en botellas de vinagre hasta que el escritor se sienta listo.
Estoy con mi M1911 en manos, pesa mucho y el ciervo se ve tentador, se ve. Pongo mi mano sobre la otra abrazando el arma con ambas palmas.
Apunto
Y
tiro
Algo no está bien.
O solo es mi coraz...
El ciervo tenía mi apellido