Entre desconocidos

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-Es muy atractivo.

No se supone que debamos decir eso, es el enemigo.

Pero el jefe no está aquí, no puede oírnos, así que cálmate.

Kyle se removió ligeramente e incómodo, sus cejas se fruncen con molestia a las voces chillonas que hablan en un dialecto que no alcanza a entender, le quitaban el sueño. Buscó cubrirse con la sábana de su cama, pero sus manos no suben como quieren, al contrario, el dolor en sus muñecas es raro para estar dormido.

Comenzó a abrir los ojos notando distorsión en su visión. Intentó tallarse para aclararse, pero nuevamente, sus manos no subían hasta su rostro. Después de un rato su vista se aclaró, divisando a cuatro rostros que le observaban a él con total admiración, eran rostros femeninos, pero tenían pintura sobre el mismo, marcas rojas que iban sobre sus mejillas, y un extraño adorno de plumas que llevaba encima de su cabello negro.

¡Hola! —saludaron tres de ellas al mismo tiempo.

Kyle asimiló su puesto por unos segundos largos, miró con detalle las vestimentas de las jóvenes en silencio, sus ropas son bien conocidas, el lugar donde está, incluso el dialecto y no le toma mucho entender dónde quiénes son.

—Uste—Ustedes... ¡Son indios!

La sorpresa es mayor al miedo de la ignorancia en el contexto, que termina cayéndose al suelo terroso golpeándose los codos y parte de la cabeza en el camino. Se arqueó, quejándose de la dura caída y queriendo alejarse de la desconocidas.

Que estúpido —dijo la cuarta burlesca.

Kyle se recuperó veloz y se alejó de su presencia arrastrándose de rodillas con una velocidad un poco más allá de la normal, arrinconándose lo más que podía dentro de la tienda, cerca de una esquina en la que no pudieran acercarse.

¡Vamos a avisarle!

Kyle observó como tres de las niñas salían corriendo del lugar, hablando algo de lo que no entendió absolutamente nada, dejándolo solo con la otra mujer, una mujer de cabello castaño atado en dos coletas.

Entró en pánico.

—Si preguntas qué te haremos, eso no depende de mí, sino, de él —la otra rompió el silencio con un dialecto más cercano al suyo.

Kyle tragó con nerviosismo, no admitiendo el miedo de lo que podría ocurrir, apretando sus manos atadas fuertemente con una soga, quiere mostrarse fuerte, así que intenta que sus ojos destilen valentía y altanería.

—¿Quién es él...?

En ese preciso momento, la entrada de la carpa se abrió en par y el mencionado "él", entró con su alta presencia.

Déjanos solos... -—habló dirigiendo su vista hacia la otra mujer, Kyle nuevamente no entendió la lengua.

Tú mandas

La mujer salió y el silencio envolvió.

Kyle bajó las manos hasta apoyarlas sobre su regazo, recordando perfectamente el físico del hombre frente a él. Ese cabello negro y largo, esos ojos azules y profundos, esa piel clara, pero con un ligero tono oscuro... Marcas rojas en las mejillas y un adorno con una pluma.

—Tú eres... El jefe de la tribu.

El muchacho se acercó hasta él, y Kyle cerró los ojos cuando el otro alzó la mano; Pegó un ligero y pequeño salto cuando sintió algo líquido y frío sobre su cuello, así que abrió un ojo, y tragó aterrado. No sabe lo que le puso, pero no quiere verse débil, ignorará el hecho un poco más.

En Medio Del Desierto [Style]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora