En Medio Del Desierto [Style]

Remediando errores

La luna redonda brilla en lo alto, siendo parte del manto oscuro adornado de miles de estrellas preciosas y misteriosas. La fogata mantiene su llama encendida aunque en menor medida que al principio, sólo es el ruido de la madera quemándose la que interrumpe el sepulcral e incómodo silencio.

Los nativos, amantes de la naturaleza misma, se rehusaron a volver a sus respectivas tiendas, el frío no es impedimento para mirar la infinidad del cielo nocturno, y el sueño domina cada uno de sus cuerpos; Los infantes son los únicos alejados de las inclemencias del clima helado, su tiempo para formar parte de dicho espectáculo llegará pronto.

Kyle estiró las manos hacia la llama, en un intento de evitarles quedarse envueltas en el frío nocturno del momento. Hay una sonrisa burlona sonando a su cercanía, el pistolero se siente molesto y una mueca aparece en su rostro.

-¿Qué te hace tanta gracia? -preguntó.

Stanley estaba acostado en la tierra, mirando el cielo nocturno, maniobrando con facilidad, una daga hecha por él mismo. No resiente el enfado del otro muchacho, no le importa en realidad, sólo silba antes de responder con facilidad.

-Tú...

-¿Qué?

-Te vi sonreír en medio de la celebración -contestó el líder-. No sabes el honor que me hace saber que has accedido a conocer parte de nuestras costumbres.

-No celebres, sólo fue un momento de debilidad -se mofó-. Te aseguro que nada puede volver a hacer que muestre esa sonrisa.

-Sólo un juramento vacío. Esa bonita cara tuya debería sonreír más.

Stanley ahogó una risa cuando vio la dureza resquebrajarse del rostro del pistolero, le había atrapado casi sin querer. Las mejillas del contrario se tiñeron de una tonalidad rosácea y la conversación muere en medio de la frustración y el enfado.

-Es una de nuestras típicas celebraciones -continúo el líder al silencio del pistolero, aún cuando no hay indicios del otro por querer saber más-. Cuando la luna brilla respondiendo nuestros deseos, es momento de celebrar.

-Eso es casi siempre si has dicho "típicas celebraciones" -Kyle suspiró sin mirarle de frente-. Has pedido algo esta noche, ¿qué ha sido? ¿se me permite saber?

Kyle esperó la contestación desde los labios del indio, verdaderamente curioso por su tradición, conocer era lo mínimo en el intercambio, mas el rato continúa avanzando sin detenerse y no recibía algún tipo de respuesta.

Se giró a verle, nuevamente siendo dominado por los sentimientos de ira y desesperación que deja salir al rodar los ojos en su descubrimiento de notar al indio durmiendo sin pena ni gloria. Volvió su atención al fuego un rato más, sólo esperando, actuando veloz cuando el pelinegro parecía completa y profundamente dormido. Su respiración es regular, sus párpados cubren sus ojos en su totalidad, es el momento de exigir su liberación.

Ya le habían devuelto su albedrío, por lo que se le dio todo el camino para realizar sus deseos sin miedo.

Buscó una bolsa o mochila donde guardar las cosas que había confiscado secretamente entre su ropa durante la festividad, estando consciente de los "peligros" que encontraría en el desierto tan tarde y en medio de la nada.

Tweek le platicó -antes de centrar su atención en Craig-, que los indios poseían un establo pequeño, pero que no había más de cuatro caballos, claramente robados de algún pueblo cercano; Eric le informó de ello, la satisfacción de tener la razón hace que sonría para sí.

Se acercó al indio sin hacer tanto ruido, es maestro en el sigilo, buscando su pistola entre su ropa, escarbando con suavidad y silencio. El indio se removió en sueños, sus manos se quedaron quietas a la altura de la cintura contraria y él incluso dejó de respirar. Espera pacientemente unos segundos, que el otro se acostumbre a su presencia silenciosa, y continúa en su labor.