Eso tendría que ser respuesta suficiente [Yaoi/BL 8059] KHR

Parte II

Cuando Gokudera sintió los labios de Yamamoto sobre los suyos pensó que iba a meterle una bomba en la boca a la próxima, sin embargo, se dio cuenta de que había supuesto que iba a haber una próxima y de que no estaba poniéndole resistencia sino que estaba besándole de vuelta; tal vez debería meterse una bomba él mismo. Una de las manos de Yamamoto estaba en la parte de atrás de su cabeza, en su cabello, y la otra estaba agarrándolo de la barbilla mientras se besaban con más fuerza cada vez, empezó a alejarlo de sí y se dio cuenta de que el pelinegro estaba llevándolos hacia la casa, usó toda su fuerza y lo empujo; no consiguió alejarlo.

Sintió como las manos del más alto buscaban en sus bolsillos, después se dio cuenta que buscaba sus llaves, le estaba llevando adentro de la casa; empezó a tratar de alejarlo nuevamente pero se dio cuenta de que lo hacía con menos fuerza, estaba comenzando a dejarse llevar... en algún momento Yamamoto había abierto la puerta, estaban dentro ahora; escucho como la puerta se cerraba detrás de ellos y como sus llaves caían en algún lugar del piso, trato de ver dónde pero el moreno le impidió mover su cabeza.

De repente sintió como caían con fuerza al suelo, él había caído sobre otro guardián; aprovechó el impacto para alejar sus labios y mirar al chico debajo de él. Se encontró con un Yamamoto de ojos brillantes, mejillas sonrojadas y respiración entrecortada, fue cuando notó que las manos del chico estaban en su cintura metiéndose bajo su camiseta. Empezó a protestar cuando uno de los dedos de Yamamoto le recorrió suavemente la columna vertebral y no pudo evitar estremecerse.

— ¿Qué haces? —Le preguntó y se dio cuenta de que su voz estaba entrecortada también y que de igual manera estaba respirando con dificultad, de igual manera su entrepierna estaba comenzando a molestar.

Su compañero no dijo nada simplemente acarició unos mechones de su cabello plateado antes de volver a besarlo; esta vez Gokudera no se resistió y sabía que se arrepentiría de eso mañana.

Entonces Yamamoto estaba ahora sobre él, en algún momento sus camisas habían desaparecido y tenía la ligera sospecha de que él había sido quien había lanzado la del moreno hasta el otro lado de la habitación pero no pensó mucho en eso. Sintió los labios de Yamamoto sobre su barbilla y luego sobre su cuello, se estremeció nuevamente cuando aquello le provocó un escalofrío e hizo su cabeza hacía atrás; los labios de Yamamoto bajaron por su cuello hasta su pecho donde atrapó entre sus labios uno de sus pezones, abrió los ojos ante la sensación que fue directo a su entrepierna, sensación que se intensificó cuando el moreno lo mordió suavemente; no pudo evitar proferir un gemido bajo.

El guardián de la lluvia bajo sus labios por su abdomen, introdujo su lengua en su ombligo cosa que lo hizo levantarse un poco ante la sensación; entonces notó como las manos de Yamamoto le desabrochaban el cinturón y pantalón para después comenzar a bajarlo por sus piernas dejándole solo en ropa interior; estaba por quejarse cuando la lengua de Yamamoto lamió su pene por sobre su bóxer, esta vez gimió un poco más fuerte y todavía más cuando su ropa interior desapareció y la boca del moreno se encontró con su pene sin nada de por medio, llevó una de sus manos al pelo de Yamamoto y lo apretó entre sus dedos; hizo su cabeza hacía atrás mientras más sonidos salían de entre sus labios y el guardián introducía aún más su miembro dentro de su boca.

Yamamoto observó cómo el cuerpo de Gokudera se arqueaba mientras él lo mantenía en su boca, se sentía cada vez más excitado al escuchar a su compañero gemir, su entrepierna estaba cada vez más dura y atrapada entre sus pantalones, comenzaba a doler. Mientras lamia y chupaba el pene del peliplata bajo una de sus manos hasta su entrada para comenzar a prepararlo con la misma saliva que caía de su trabajo más arriba, sintió como Gokudera se tensaba al sentir su dedo acariciando peligrosamente por lo que utilizó su lengua para distraerlo y así introducir uno de sus dedos.