La dama y el ciego

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Es tan fugaz, tan imperceptible y a la vez tan implícito
Que solo aquél sentimiento puede revelar esta clave secreta
Observando a su alrededor, aunque entre miradas entrelazadas ella va narrando su misterio
Ni tan suyo, ni tan de ella; pues solo aquel que ama sabe lo que siente y ella ama con el fin de terminar esta farsa
Quién podría imaginar que detrás de esos ojos, se escondía una enorme ceguera
Sin embargo lo inexplicable se hace común y aquel ciego solo escucha aquellas pisadas que cada día se hacen más familiar
Hoy siendo un día cualquiera, solo se acerca y tocandole el hombro empieza a llorar
Tal era su descontento, que su amor se había esfumado
Así es como aquel triste hombre aguarda los pasos que nunca se esperaba.

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