Maltratas tus manos
Con palabras sobre lienzos,
Y colores en tus versos.
Sin saber cómo expresar
Tus miedos y arrepentimientos.
Rompes el puente que conecta
Aquello que sientes
Y aquello que eras.
Abandonas tus capítulos
En oceanos de tu infancia
Y en cenizas del pasado.
Quieres recordar, quieres olvidar
Las memorias que dibujas
Cuando tus labios susurran
Y tus manos escuchan.
Sientes por dentro cicatrices,
Algunas tienen nombres,
Algunas voluntarias,
Otras, puro azar
Se desborda el pozo de tu fortuna
Y te hundes en antiguos deseos,
Tan ocupado en tus pensamientos,
Nunca sentiste la lluvia cayendo.
El reloj dejó de moverse,
Pero las horas siguen
Y envejece tu esperanza.
Más oscuridad en el poema
Una nueva línea en el boceto.
Que estas palabras no salgan,
Quien las vea sabría el secreto,
Ya no veo los colores
Mi alma me ha dejado ciego.
Acciones que matan el futuro
Segundos que acortan mi paciencia.
A mis manos les cuesta tanto crear
Y a la vez,
Rompen tan fácil el papel.
Rasgué mi alma atravesando mi piel
Mi cuerpo temblaba y no sentía mis pies.
A lo lejos mi vida gritaba:
"Nunca es tarde para cambiar.
Nunca es tarde para luchar"
Yo me tapaba las orejas
Y cerraba los ojos.
No creeré más en mentiras,
Con mis manos atadas
No dañaré a nadie más.
La cicatriz que más me duele
La escondo en el silencio
De un corazón sin movimiento
Para que mis manos no escuchen nuevos versos
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Esclavo de palabras no dichas
PuisiGritando desde lo más profundo, atrapado en tu propio mundo.
