N/A: imaginémonos al Sr. Daugherty como Henry Cavill y enamorémonos.
***
Estaba nerviosa por lo que estaba a punto de hacer, pero no iba a echarme para atrás. No ahora, porque aquello no se había acabado aquel día. Yo estaba a punto de graduarme y me mudaría, y probablemente no volvería a verlo, así que tenía que ser ahora.
Los últimos días de clases se sentían por todos lados. Todos los estudiantes hacían escándalo, bailaban, se reían a través de los pasillos. Pero yo esperé. Esperé pacientemente cerca de la puerta de su aula hasta que, poco a poco, la escuela se fue vaciando, pero él no se iba. Yo sabía que él no se iba hasta tarde, porque había estado observándolo.
Y cuando estuve segura de que era el momento adecuado, toqué a su puerta. La persiana abierta me permitía verlo, curvado sobre su escritorio, escribiendo en un papel.
Él levantó la vista, pero no me vio. No claramente.
—Adelante —dijo en voz alta, y abrí la puerta y me apresuré a entrar, asegurándome, por enésima vez, que el pasillo estaba desierto.
—¿Está ocupado, profesor? —le pregunté con un tono dulce y curioso que me las ingenié para crear. Él me miraba y yo podía notar la sorpresa en sus ojos.
—Señorita Hale, ciertamente no la esperaba en la puerta de mi aula. ¿Se le ofrece algo? —entonces jugaríamos a las formalidades.
Me di media vuelta y tomé el lazo que mantenía la persiana abierta. Lo dejé caer. Pude anticipar la sorpresa del Sr. Daughtery, pero cuando me di la vuelta, sólo pude encontrarme con ese semblante impenetrable de emociones. Lo tomé como un reto. Y aunque tenía el estómago hecho un nudo, no iba a dejar que se me notara la inseguridad.
Caminé lentamente a través del aula hasta llegar a las ventanas. Cerré todas las persianas. Sabía que él me observaba divagar por su salón de clases, cerrando las ventanas y jugando a la adulta. Cuando me giré hacia él, confirmé mis sospechas.
Me miraba como si tratase de descifrarme, de descubrir qué era lo que estaba tramando y con qué propósito.
—Presumo que lo que usted viene a tratar es un asunto de suma privacidad, ¿me equivoco? —dijo el Sr. Daugherty, señalando las persianas cerradas.
—Ah, no se equivoca —me acerqué a su escritorio y tomé asiento en la butaca más cercana. Crucé mis piernas, una sobre la otra y me aseguré de que mi falda se subiera más allá de mis muslos, sin duda mostrando mi ropa interior—. ¿Están las cámaras de seguridad activas?
Él me miró con cautela. Luego asintió. Parecía no tener palabras y yo no podía describir el placer que sentía ante tal revelación.
—Entonces le sugiero que arregle eso pronto.
—Señorita Hale... —él empezó, pero yo no lo dejé seguir, pues tomé mis bragas por cada lado de mis caderas y comencé a bajarlas lentamente por mis piernas.
Había estado trabajando en mi confianza durante estos meses. Si había algo que me motivaba a hacerlo era el venir, enfrentarlo y terminar lo que él una vez empezó.
El profesor no tuvo tiempo de protestar, pues pronto yo sostenía mis bragas en una mano, colgando de mi dedo índice, y él se apresuró a desactivar las cámaras, para lo cual necesitaba poner una contraseña en algún aparato dentro del gabinete de su escritorio.
Cuando estuvo listo, él se puso de pie y se dirigió a la puerta. Luego, puso el seguro, por si acaso, pero ambos sabíamos que la escuela estaba completamente sola.
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one shots -español
Short StoryHistorias cortas con contenido sexual, no apto para menores o sensibles en este tema. Si no te gustan este tipo de historias, puedes ir y leer algo de tu agrado. Eviten malos comentarios. Historias completamente mías. Pueden pedir mi permiso para...