Prólogo.

2.8K 88 30
                                    

-Tenemos que hablar- Y así señores, así es como comienzan todos los infiernos.

- Hablen, tengo mejores cosas que hacer-Y aquí iba yo, con mi simpatía siempre acompañándome, pero solo decía la verdad, tenía cosas mejores que hacer que ver como mis padres me miraban con las sonrisas más forzadas jamás vistas en sus caras. Además ya sabía que me iban a decir, ''Cariño, vamos a separarnos'', ya sabía eso, mis padres llevaban peleando desde hacía 3 años.

Mi madre abrió su boca, después la cerró. Así durante 5 minutos, ¡5 minutos!. Por dios, ya todo el mundo sabía sobre su separación, no era lo más grande, no sé que le tomaba tanto tiempo a mi mamá. Así que para aligerar la cosa, la miré y le dije, con toda la paciencia que pude (o sea, ninguna).

-Mamá, ya sé que van a separarse, no hay problemas por mi parte.- Y con eso, me dispuse a levantarme del sofá de cuero, que se estaba haciendo incómodo por el bochornoso calor.

- Aileen, cariño, vamos a mudarnos.

- ¿A otra casa?, ¿En qué calle queda?, tendré que decirle a Gema- Solté con una risita nerviosa, deseando que solo nos mudáramos a una nueva casa. 

- No, os mudareis a Grecia.- Mi padre por fin, se digno a hablar.

Oh, santo dios, eso no podía ser cierto, ''Vamos a mudarnos''', como tres simples palabras pueden destrozar toda tu existencia. Yo no podía mudarme, simplemente no podía, no otra vez. Verán, mi familia era procedente de Grecia en realidad, a excepción de mi padre, él y mi madre se conocieron mientras papá estaba en unas vacaciones en Grecia, eran jóvenes y se enamoraron inmediatamente y de ese amor, nací yo. Mi padre volvió a España sin saber que mi madre estaba embarazada, ella decidió no decirle nada, pero cuando yo cumplí cuatro años, veía a todos los niños de la guardería con sus padre y yo no tenía al mío a mi lado, así que lloraba siempre preguntándole a mamá y obteniendo obviamente, ninguna respuesta de su parte. El día de mi quinto cumpleaños, mamá me dijo que iríamos a España a visitar a mi padre, yo a pesar de mi corta edad, estaba muy emocionada y tenía muchas ganas de ver por fin a mi papá. A pesar de todo el tiempo que había pasado, no habían podido olvidarse mutuamente, así que Antonio (mi padre) nos acogió con los brazos abiertos y se emocionó al saber que yo era su hija. Y así fue como llegue a España, para ser exactos Madrid, tenía toda mi vida aquí. Tenía a Gema, mi mejor amiga, a Teresa, Macarena, a los chicos, a mi novio... ¡OH MIERDA! ¿Qué haría ahora sin él?  No podía vivir sin Rubén, la semana que viene cumpliríamos 2 años de casados, como le gustaba decir a Gema. Aquí tenía mi instituto, mi taller de artes, mi equipo de natación. No podía mudarme. Me negaba rotundamente. 

Entonces una idea brilló en mi cabeza encendiéndose como una bombilla... 

-¡PUEDO VIVIR CON GEMA!- Grité con una alegría momentánea- A ella le encantaría, y su madre me quiere como a una segunda hija, ¿Me dejarían vivir con ella no? Es mi mejor amiga, no puedo dejarlo todo atrás, entiéndame.

-Aileen princesa, lo siento mucho, pero te vienes conmigo- Esperen, esperen, mamá había dicho ''conmigo'', ¿y papá?.

Miré a mi padre y el apartó la mirada, dándose cuenta de que me había percatado de lo que pasaba.

- ¿Cómo que contigo?, ¿Y papá?

- Bien, como tu misma has dicho, sabes que vamos a separarnos, yo he decidido que lo mejor es que me vaya a Grecia de nuevo, allí tengo a toda mi familia.- Explicó mi madre remarcando la palabra toda y mirando con furia a mi padre. No entiendo porque se odiaban tanto ahora, al principio se amaban como adolescentes...

-¡PUEDO QUEDARME CON PAPÁ ENTONCES!- Grité con toda mi rabia, ya había perdido los estribos- ¡NO HAY RAZÓN POR LA QUE NO PUEDA QUEDARME CON ÉL!.

Mi padre agachó su cabeza y habló, pero lo que dijo rompió aun más mi corazón, si es que eso era posible. 

- En realidad, hemos decidido que lo mejor es que te vayas con tu madre a Grecia.

-P-pero, pued-do...- Comencé a tartamudear, no me había dado cuenta de que había empezado a llorar hasta ese momento.

- No hay nada más que hablar- Me cortó mi madre con un tono serio- Nos mudamos a Grecia en una semana. 

Con mi mundo completamente rotó, corrí hacia mi habitación. Cerré fuertemente la puerta, retumbó en toda la casa, me tiré en la cama mientras dejaba que las lágrimas cayeran por mi cara, intentando recomponer los pocos pedazos que me quedaban de mi corazón.

Y así señores, así, es como en una hora, tu mundo puede ser destruido.

Crazy love in Greece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora