CAPITULO 4: "UNA RAZÓN"

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El hospital tenía un ambiente amargo, pero cálido. Lo hacia verse elegante y familiar. Todo era manejado a la perfección, el acomodo de habitaciones del piso 5 eran pacientes delicados, poca estructura y mucha atención. El pasillo donde se encuentra Aroah, justo antes de girar se encuentran unos asientos acolchonados de espera, luego una maquina de productos para pasar el rato, por así decir.

La señora Beatriz, preocupo por la reacción de su hija ante Haim, aunque ya le había advertido que vendría a verla, justo ayer antes de irse a casa, Aroah estuvo pensando en eso toda la noche. Vería a su amigo de nuevo, al único que recuerda.

-Entrare primero Haim-dijo Beatriz

-Por supuesto, esperare a que usted me indique-

Al entrar Aroah esta en la cama, como es costumbre, tiene su cabello arreglado y su piel limpia y humectada, su aspecto ha ido mejorando desde que la enfermera Esther le dejo meter mano al asunto. Aroah luce mejor como solía hacerlo antes del accidente.

-¡Mamá!- exclamo con dificultad -¿Dónde esta Haim?-

Haim se quedo tan cerca de la puerta que pudo escuchar su voz preguntando por el, la voz de su antigua amiga, esa que conoció su real aspecto solo en fotos hace unos días. Era cierto que ella lo recordaba ¿Hasta que punto? Se dio cuenta que ella realmente estaba esperándolo. Un impulso, hizo que Haim, se moviera de lugar y colocara sus pies dentro de la habitación. Allí estaba Aroah.

La piel de Aroah se hizo chinita, sus ojos no quitaban la vista a la entrada y con ella un joven de piel morena clara, de al menos 1.80 m, con una sudadera gris holgada, sus brazos a sus costados, su rostro era familiar, pero indiferente, ya no era el mismo aspecto de su amigo de 8 años, ella lo recordaba, un poco mas blanco, el cabello en forma de hongo y las cejas menos pobladas, la nueva versión de su amigo de la infancia mantenía esa del niño de 8 años, pero ahora es muy diferente. Al acercarse pudo darse cuenta de que algo definitivamente no cambio.

Haim pudo ver después de muchos años a su vieja amiga, Aroah Tarruella, postrada en una cama de Hospital, con su cabello oscuro y lacio, con su piel más blanca de lo que recordaba, sus labios están partidos de en medio, no hay mucho que entender, ella sigue en recuperación y eso casi le agota el alma, lo puede notar en sus ojeras, en su mirada desgastada.

Al verse fijamente a los ojos, sabían que sería difícil que alguien dijera la primera palabra entre los dos, por las circunstancias, el tiempo, la timidez, la confusión y otro par de sentimientos se sentían en el ambiente sin dejar actuar.

Beatriz contemplo desde el otro lado de la cama la escena, las emociones se apoderaron de ella, se dio cuenta que entre todo lo ocurrido y lo que podía ser la dejaban fuera de tema, sintiendo segundos después que no era parte de ellos en ese momento.

-Hola- se escuchó la voz seca de Aroah intentando romper el hielo

-Hola- respondió Haim, animándose a acercarse un poco más a ella.

He ahí el momento que Beatriz tiene para salir y dejarlos un rato.

-Bien, estaré afuera para cualquier cosa-

-Muchas gracias, señora Beatriz- dijo Haim

Cuando Haim siguió con sus ojos a que la señora saliera, volvió a Aroah y dio un paso más para quedar más cerca de la cama. Sus ojos se cruzaron nuevamente con los de ella.

-Estas aquí- reafirmo ella

-Sin más, en efecto- respondió él

-Ha...- sin terminar la palabra, Aroah tomo aire y trato de juntar la saliva para poder terminar de hablar -Ha pasado mucho tiempo, ¿no es así?-

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⏰ Última actualización: Mar 02, 2019 ⏰

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