Para Izuku era algo difícil saber si era de día o de noche, su lazo estaba tan corrompido que sus depresiones le debilitaban y era por ello que sus horarios de sueño tampoco le daban pista.
Sólo había algo que se la daba.
Al otro lado de la puerta, una pequeña mano blanquecina se asomó.
—Psst, papi.
Una sonrisa apareció en sus labios, y acto seguido su mano más grande que la de su locutor tomó la de su cachorro.
—Aquí estoy, cariño.
—¡Hola papi, buenas noches!— saludó el pequeño, dando un pequeño apretón a su huesuda mano.
—Hola bebé, buenas noches, ¿Cómo estuvo tu día?
—¡Papá ya no soy un bebé!— replicó el cachorro, dando un apretón más rudo que sólo hizo al Omega reír ante la actitud del pequeño Alfa —Mi día... No me gustó, padre me hizo entrenar y no me deja descansar, la espada es muy pesada
—¿Espada?— preguntó alertado el de cabellos verdes, ¿En qué estaba pensando Katsuki?
—Sí, es muy pesada y no me gusta. Padre ha estado pasando más tiempo conmigo pero sólo habla y habla la manada esto, la manada lo otro ¡Yo no quiero ser así de aburrido!¿Él siempre ha sido así?
—No... no siempre, ¿Cariño, cuánto ha pasado?
—Una semana, papi, ¿Por qué?— preguntó curioso, pero él en realidad no tenía una razón, sólo curiosidad.
—Por nada, cielo, ¿Quieres que te cante?
—Me gustaría más un cuento, pero no puedo dormir contigo— dijo refiriéndose a cuando dormía al lado de la puerta en su forma peluda y despertaba antes que su padre para volver.
—...¿Pasó algo?
—Nada, pero le prometí algo a padre y debo estar listo— contestó, algo que era mentira, la verdadera razón es que en sus entrenamientos su antebrazo había sido realmente herido, y cuando estaba haciendo su esfuerzo por transformarse la herida se había vuelto a abrir y comenzaba a sangrar.
Comenzó a lamer rápido para que el Omega no captara el olor a sangre y no se alterara por su bien estar.
—¡Buenas noches papi!
El Omega no tuvo oportunidad de contestar para cuando se escucharon los ruidosos pasos de su cachorro alejarse. Un suspiro de tristeza se escapó de su ser, y tras ello comenzó a despojarse de sus ropas para tomar su forma lobuna.
Un lobo de un pelaje azabache, pegándole a los reflejos verdes obscuro cuando se encontraba bajo los rayos del sol.
Se hizo bola con el continuo dolor en su cuello debido al pesado metal que colgaba de éste, y así intentó dormir.
No sabe cuánto pasó, cuando la puerta se abrió de golpe, y se cerró de igual manera.
Sus orejas alertadas se levantaron de inmediato y su cuerpo se levantó por inercia. Acto seguido comenzó a gruñirle al intruso que jadeante le miró con sorpresa.
—Tranquilo.
Pero al tan sólo dar un paso los gruñidos se intensificaron, luego voces en el exterior.
—Por favor, ayúdame.
No sabe qué lo alentó a ayudar a un intruso que claramente no era de la manada de su Alfa, pero de una se abalanzó al cuerpo ajeno y se acostó sobre el mismo fingiendo dormitar. Él se acercaba, y lo sentía.
La puerta se volvió a abrir de golpe, y su Alfa apareció por ésta.
—¡Deku!— gritó alterando al cambia forma —¡¿Has visto a alguien pasar por aquí?!¡NO ME GRUÑAS, BASTARDO!
Y tras aquello lanzó una patada al hocico del animal que gimoteó, Katsuki no le hería al menos que estuviese enfurecido. Y vaya que lo estaba, el Alfa al no ver a nadie más que el Omega se marchó y cerró sin cerrando con llave.
—Gracias— habló el intruso una vez que el Omega se quitó de encima suyo.
El contrario no hizo señal de cobrar sus servicios, sólo se alejó un tanto para estornudar. Sangre.
—Deja te ayudo— volvió a hablar, acercándose, pero sólo recibió otro gruñido.
El Omega estornudaba cada tanto, la sangre comenzaba a molestarle en cuanto a respiración. Lamió su pata, y acto seguido continuo a restregar la misma por la herida hecha.
—Maldición— se quejó el intruso, al intentar abrir la puerta, cuando él había entrado no estaba cerrado con llave, pero ahora...
—No podrás salir, créeme, vas a morir aquí.
Tras minutos de intentos por abrir la puerta, una voz le había interrumpido. Su cuerpo giró para encontrarse con la figura del Omega que le había ayudado.
Su piel era de un pálido enfermizo, el que sus costillas se notasen daba a conocer su mala alimentación, su cabello seco y sucio al igual que él en general, se veía fatal, y el que un chorro de sangre se paseara desde su nariz hasta gotear por su mentón le daba un plus.
Al reparar en lo que el Omega había dicho, golpeó la puerta, estresado por la situación.
Una vez más dirigió su vista a su salvador, y se dio cuenta de ciertos factores que no había notado a la primera.
Un collar pesado, y aros en sus tobillos colgaban de su cuerpo, y las cadenas venían terminando en aros atados a la pared donde una cama a pura vista incómoda se encontraba.
—¿Necesitas ayuda?— preguntó, acercándose con un pañuelo.
El Omega gruñó ante su acercamiento, pero de poco en poco su contrario terminó limpiándole el rostro.
—Gracias...— dijo en un susurro después de un silencio que pareció eterno.
—Gracias a ti, por salvarme...
—Izuku, sólo Izuku. Y tú eres...
—Shoto, sólo Shoto
ESTÁS LEYENDO
Safe And Sound
Fanfiction«"Sólo cierra tus ojos Ryo, nadie puede herirte porque estoy aquí, tranquilo bebé, tú y yo estaremos sanos y a salvo.»" Ya saben, los personajes no son míos sino de la serie boku no hero academia. Yo sólo hago historias medianamente enfermas porque...