Octubre 3. Un nuevo camino y un nuevo amigo. ¡FELÍZ CUMPLEAÑOS TONY!

8 0 0
                                    

Eran casi las 9 de la mañana, Omar no se ha despertado, o al menos no se veia que ya estuviera despierto, me quedé acostado un rato mas, al fin que ese día tocaba pedalear un muy buen rato, pero hoy si saldría más temprano, no pedaleare de nuevo en la noche.

Al medio día, ya había desayunado, Omar me invito unos hot cakes, hechos con agua, nunca me lo había imaginado ¡Hot cakes hechos con agua!, pero que buenos resultaron ser. Ya tengo todo listo, mis cosas estaban acomodadas y por supuesto, los sillones donde pase la noche, ahora faltaba montar todo a la bicicleta o bueno, casi todo, gracias a esos sillones la casa de campaña y el bajo sleeping. Habían permanecido intactos sobre la bicicleta todo el tiempo. Pero hubo una pequeña sorpresa, la llanta esta ponchada, lo bueno es que ese contratiempo si fue de las cosas que me despertó la semana pasada, es por eso que llevaba todo para cambiarla, solo esperaba que no me tomara mucho tiempo.

Ya estaba lista la bicicleta, aunque como dije antes, yo llevaba todo para cambiarla, Omar de nuevo me había salvado al prestarme sus herramientas con las que fue mucho más fácil hacerlo. En poco tiempo estaba ya en una gasolinera, Omar junto con La Generala, me llevaron para inflar más fácilmente la llanta, que ahora solo estaba baja de aire, para así poder comenzar mi viaje a San Miguel el Alto. Sorprendentemente no estoy adolorido, ¡y yo creía que no podría moverme siquiera! y no solo eso, me sentía tan fresco, dispuesto, lleno de energía, y preparado para partir.

Me despido de Omar y de La Generala, me ofrece más ayuda, púes me dijo que tiene conocidos en San Miguel, no sé aún cómo agradecerle por haberme dado hospedaje anoche, por contarme sus anécdotas de viaje y darme consejos para este y muchos otros viajes, que espero sean pronto. Partí con una sonrisa en el rostro con un nuevo camino por delante y un nuevo amigo. ¡Feliz cumpleaños Tony!

Antes de siquiera acercarme a la carretera había unas cosas que tendría que hacer, primero pasar al banco, necesitaría efectivo para comprar comida en San Miguel y no sabía si allá podría encontrar donde sacar dinero, segundo, reabastecerme de agua y algo de alimento para el camino aunque todavía me quedaba el arroz que traía desde mi casa; afortunadamente el banco y el súper estaban uno al lado del otro. Ahora que ya tenía todo, solo una cosa más, ir al centro, quería tomarme unas fotos en las letras monumentales de Tepatitlán.

Y llegué, ya aprovisionado con unos paquetes de galletas conmigo, mi mamá me diría: que no voy a ningún lado si no tengo galletas aseguradas, creo que tiene razón. Aproveché para comer un poco antes de partir, vamos probando ese arroz con verduras, solo comí un poco pues el camino era largo y no estaba seguro en donde podría conseguir comida, así que más vale prevenir, además no tenía mucha hambre, había quedado satisfecho con los hot cakes de mi admirable anfitrión. Bien era hora de empezar.

Estaba a 3:30 horas de mi destino, la cascada del salto del gavilán, (según google maps), aunque por el peso que traía y calculando al ritmo que tuve ayer yo calculé que haría una hora más, solo esperaba que no me mandara por más empedrados y caminos donde tuviera que ir a vuelta de rueda. Era la 1 de la tarde, el cielo despejado y el sol brillaba con todo su esplendor, pero, hey! lo importante es la actitud, llevaba agua suficiente aproximadamente 8 litros, unas cuantas frutas que me ayudarián a mantenerme hidratado. Tenía ante mí lo mejor que puede haber al iniciar la pedaleada, una subida y bastante inclinada.

Vaya sorpresa, apenas comenzar con la rodada sobre el asfalto en una avenida que era de subida, me salió un perro enorme con toda la intención de morderme, iba en subida y con mucho peso como para poder escapar, aunque para mi suerte el perro mordió la alforja en lugar de mi pierna y pareció contentarse con eso, solo tenía la esperanza de que no la hubiera roto.

Ya al fin llegaba a la carretera, salí de Tepa ileso, mi alforja tampoco parecía tener daño después de nuestro encuentro con aquel can, que por cierto se parecía a Canuto. El sol está en lo alto, pero a pesar de eso el clima es fresco, de nuevo tenía la oportunidad de admirar los paisajes que ofrece la carretera, increíbles. Empecé a entender porque hay gente que no encuentra mejor lugar que la carretera y al paso que iba ya me quedaba más claro, por qué los cicloviajeros los disfrutaban aún mas, lástima que no tengo batería suficiente para tomar fotos, pero hay imágenes que quedarán en mi memoria espero por mucho tiempo.

mi primer viaje en bicicletaWhere stories live. Discover now