Llegamos...

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Llegamos y siento frío, no puedo ver nada, pero siento tierra, como en el patio de mi jardín, donde juego con mi perro y cuelgo la ropa.
Me tiran al suelo y grito, grito mi nombre, grito auxilio y me pegan.
Me intentan sacar el pantalón y lucho, no dejo de luchar, pero ya es inútil.
Me pegan, me manosean,
Quiero volver a casa, quiero que termine todo esto, lo único que recuerdo es como me penetraba y yo tratando de salir, hasta que me rindo.
Tres puñaladas en el pecho, y por fin veo la cara de mi violador, o eran tres, no me acuerdo bien.
Veo como me sacan mi ropa, y dejan mi cuerpo, al descubierto,
El que yo solia ver al bañarme o cambiándome, el que odie a mi corta edad.
El que ningún chico pudo ver, el que nunca será visto por nadie más que mis violadores, y yo.
Me entierran, estaba sangrando, yo veo todo como si estuviera allí.

Me asesinaron... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora