Un millón como tú

Capítulo 1: El café

Ya eran las 6:30 A.M, eso significaba que ya era hora de levantarme para aprontar todo e irme a trabajar.
Desactive la alarma, luego fui al baño y como todos los días me bañe para luego vestirme e ir a trabajar-
Se preguntarán que en qué parte desayuné, pero sólo les diré que aún falta para eso.
Me puse mi traje color azul con camisa blanca y luego tomé mi maletín y salí de casa rumbo al trabajo en mi auto.

Trabajaba en las oficinas de una empresa de ventas de piezas de computadoras.

Al llegar a mi oficina, dejé el maletín en la silla y luego me senté en mi computadora, era temprano, apenas eran las 8.

Trabaje un rato hasta que se hicieron las 10 y me tomé un poco de descanso para bajar y ir a un café que había al lado de el edificio para desayunar.

Entre al Café y me senté en la mesa de siempre, la que estaba al lado de la ventana que daba a la calle.
Llame al moso y me pregunto que iba a pedir.

-Lo mismo de siempre, un café con leche y 2 media lunas.

-Bien, enseguida se lo traemos.

Me quedé sentado en la mesa mientras miraba la pantalla de el celular hasta que de repente sentí que una mujer gritaba en la calle.

-Auxilio! Auxilio! Ese hombre robo mi bolso!

Como estaba cerca de la puerta, me levanté y fui corriendo tras el hombre hasta que lo alcance y pude sacarle el bolso.

-Vete de aquí maldito!

Me di vuelta y vi que la mujer venía corriendo en busca de su bolso.

-Dime que pudiste quitarle el bolso por favor

-Si, pude lograrlo

-Ah, *suspira* muchísimas gracias, como puedo agradecerte?

-Bueno, yo estaba por desayunar y debido a ese inoportuno, de seguro mi café se enfrió y voy a tener que pedir otro.

-Ósea que quieres que te acompañe a desayunar?

-*Asiente con la cabeza* Ajá

-Bueno, está bien, aceptó.

Los dos fuimos y nos sentamos en la misma mesa que yo estaba y nos quedamos ahí a desayunar.

-Un gusto, soy Cielo.

-Oh! Que lindo nombre, es un nombre bastante original, yo me llamo Renzo.

-Jajaja, muchas gracias, si, mis papás me pusieron ese nombre por qué decían que mientras mi madre estaba embarazada de mi solían ir a un campo a sentarse en el pasto y mirar el cielo.

-Aaahh, que linda historia, y de donde eres?

-Vivo aquí a unas cuadras.

-Aaahh, vaya, yo vivo a unas cuadras y trabajo *señala un edificio* ahí.

Seguimos hablando hasta que apareció el mesero con los dos cafés con leche y las media lunas.

-Muy amable señor - Le dije

Empezamos a desayunar y ninguno de los dos decía nada, al parecer ella era como yo, era de desayunar en silencio.
Yo me quedé mirandola, era una hermosa muchacha de pelo negro y ojos marrones, llevaba los labios pintados de rojo y una línea color negro sobre sus ojos.

Al terminar de desayunar yo pague la cuenta y le ofrecí acompañarla hasta su trabajo, total aún me quedaba tiempo libre antes de entrar otra vez a trabajar.

-Si esta bien, me encantaría que me acompañases!

Yo tomé mi abrigo y le abrí la puerta para que saliera y luego comenzamos a caminar.
Caminamos hasta que llegamos a un edificio... Me parecía bastante conocido... ¡Claro! ¡Es el edificio en donde trabaja mi madre!

-¿Con que aquí trabajas?

-Si, trabajo en el piso 5, soy maestra de una escuela de danza.

-Vaya, que hermosa profesión, supongo entonces que nos veremos seguido...

-¿Por que lo dices?

-Ya pronto lo verás, mientras tanto *le da un apretón de manos* nos vemos pronto!

Me di vuelta y comencé a caminar hacia mi trabajo.
Al llegar allí comencé nuevamente con mis labores hasta que termine mi horario.
Cuando todo, tomé mis cosas, cerré la oficina, me subí a mi auto y me fui a casa.

En el camino fui tan distraido pensando en esa hermosa muchacha, que no me había dado cuenta que casi chocaba un auto...

-¡Fíjate por donde vas cabeza hueca!

-¡Lo siento!

Luego seguí mi camino pero aún con lo que había pasado no podía dejar de pensar en la muchacha, era bastante hermosa.
Llegué a mi casa y fui derecho a bañarme. Terminé de hacerlo y luego me cocine puré de papas y salchichas y al terminar de cenar me fui a dormir.