Ah, era por eso.

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Aoi no podía dejar de mirar alternadamente a Uruha y Reita quienes parecían mantener una divertida conversación acerca del nuevo videojuego de Resident Evil 2 Remake que había salido al mercado. El moreno fruncía el ceño cuando el rubio bajista incitaba al guitarrista menor a jugar juntos el título, abrazandolo por los hombros y juntando sus cuerpos, cosa que le hacía hervir la sangre.

─ ‘No te hagas el valiente, Akira, todos sabemos que eres una gallina llorona’.─ pensó con acidez, omitiendo que él era igual o peor que el rubio en cuanto a temas de miedo se tratara.

─¡Aoi!

El moreno salió de sus pensamientos maliciosos debido al llamado del rubio del que, hasta hace un segundo, se mofaba en su mente.

─¿Qué quieres?

─Te estaba preguntando si también quieres ir a mi casa para que juguemos. Shima ya dijo que sí, Kai tiene su aniversario, así que me mandó por la borda y Ruki tiene una reunión, solo seriamos los tres, ¿qué te parece?

─ ‘Sí, claro, no caeré en tu máscara de simpatía’.─ volvió a comentar en sus pensamientos, entrecerrando los ojos antes la amistosa sonrisa que le dedicaba Reita.─ No, lo siento, mañana tengo reunión con mis chicos, ya sabes, se preparan para su tercer Oneman, aún se sienten nerviosos.─ sonrió con una falsedad que le hizo doler la quijada.

─Oh, ya veo. Pues será para la otra, dale mis saludos a tus chicos de mi parte.

─Lo haré, gracias.

Y así Reita continuó su ñoña conversación con Uruha que le respondía igual de emocionado ante la celosa mirada del moreno que intentaba disimular, fingiendo afinar su guitarra. ¿Cuándo iban a volver Kai y Ruki de hablar con el manager?

Aoi no estaba molesto sin razón, no, para nada, eso sería muy infantil y él era un hombre maduro con la suficiente edad como para controlar sus emociones y no dejarlas salir… ¿verdad? ¡Por supuesto que sí!

Hace un año y medio había comenzado su plan de conquista a Uruha luego de asumir -por fin- su bisexuliadad y sus sentimientos por el primer guitarrista de la banda.

Muchos pensarían que las cosas simplemente se hubieran simplificado si, simplemente, se le confesaba de frente al menor. ¡Lo hizo! Cuando cayó en cuenta de absolutamente todo le pidió consejos a Ruki que parecía conocer mejor la sensibilidad humana y le dijo: “Sólo dile” y eso hizo. Un día Uruha estaba sólo en la sala de ensayos y se sentó a su lado, disimulando mientras rasgaba las cuerdas de su guitarra y, armándose de valor se le confesó a Uruha. Sus mejillas parecían querer estallar en cualquier momento producto de la vergüenza y así se mantuvo por al menos diez minutos sin una respuesta. El shock no podía durar tanto, ¿verdad?

Algo inseguro llamó a Uruha y al no recibir respuesta pasó su mano por enfrente de su rostro, haciendo al otro dar un saltito y rápidamente quitarse los audífonos inalámbricos del iphone. Uruha no había escuchado su maldita confesión y Aoi no había vuelto a intentarlo.

Entonces cogió una estrategia más acorde a él. Un año y medio de inútil cortejo. Uruha no respondía ni bien ni mal a sus esfuerzos, no le aceptaba, pero tampoco lo rechazaba. Aoi estaba bien así pues creía que en cualquier momento Uruha le daría una oportunidad, hasta que un rubio con cara de idiota se metió a la ecuación.

De la nada Reita y Uruha comenzaron a pasar muchísimo tiempo juntos, ¡mucho! Ahora Uruha rechazaba sus invitaciones porque ya tenía planes previos con el bajista y aquí convenientemente Aoi prefería omitir de sus recuerdos que el rubio le invitó varias veces a ir con ellos y Aoi se negaba. Muchas veces se reprochaba por esto mismo, ¡debería ir con ellos! Quizás que cosas harían en la soledad, el simple pensamiento le volvía loco.

─Chicos, los estilistas han llegado. Vamos a planificar los looks del próximo lanzamiento y luego podremos irnos a casa.

La voz de Kai rompió la concentración del moreno que no alcanzó a captar por completo la información, sólo observando como Reita y Uruha se ponían de pie y salían de la sala, ¿a dónde iban junto otra vez?

─¿No me escuchaste Aoi? Mueve tu culo y ve a planificar tu look.

Ahora sí había escuchado fuerte y claro a Kai, mirando mal a este mientras se ponía de pie e iba hasta la sala donde estaba su estilista con la que comenzó a compartir ideas y a explicarle que le gustaría usar para el próximo lanzamiento, escuchando también las sugerencias de ésta en cuanto al peinado, maquillaje y colores.

Luego de horas de plática estaba de camino a la sala de ensayos para recoger sus cosas e irse a casa. Por el pasillo se topó con Uruha quien ya traía su bolso y la funda con una de sus guitarras.

No sabía, exactamente, que le pasó, pero como que en su cerebro se activó un switch que le hizo sostener con firmeza el brazo de Uruha cuando este pasó por su lado dedicándole un simple “hasta el lunes”.

─¿Aoi? ¿Pasa algo?

─¿Pasa algo? ¡Por supuesto que pasa algo! ¡Algo que me está volviendo loco!─ explotó. Uruha solamente abrió un poco más los ojos por la sorpresa y se mantuvo en silencio, dándole toda su atención al moreno.─ ¡Pasa que he estado un año y medio tratando de conquistarte! Te he invitado a comer, al karaoke, al cine, ¡incluso a patinar! Y como comprobaste, soy malisimo, ¡no te rías! ─cortó al ver la sonrisa burlona de Uruha al recordar cómo el moreno cayó más veces sobre su culo de las que le gustaría admitir.─ ¡Hice de todo! Pero no me viste en ningún momento de la forma en la que te veo yo. Tanto tiempo esforzándome como para que luego aparezca Reita y me robe tu maldita atención y tiempo. ¡¿Estás enamorado de él?! Porque si es así es mejor que me lo digas antes de que siga haciendo el ridículo.

─Aoi, no sé de que…

─¡Estoy estupidamente enamorado de ti! ¡Desde hace años! Sé que la cagué muchas veces al intentar mantener mi imagen de macho heterosexual, ¡pero en mi defensa yo no sabía porque me sentía tan raro a tu lado! ¡Pero ahora lo sé! Te quiero a mi lado. Te amo. Por favor dime que Reita es algo pasajero y sin importancia.

Uruha permaneció en silencio unos segundos, con la mirada fija en la angustiada del moreno. Unos segundos más y Uruha río. Sí. Se río en la cara del moreno. La expresión de Aoi era para tomarle una foto.

El castaño siguió riendo por un buen rato hasta que comenzaron los calambres en su estómago y las lágrimas se escurrían por sus ojos y recorrían sus mejillas.

─¡¿De qué te ríes?! ─ preguntó alterado el moreno.

─Eres tan lindo cuando te pones celoso por estupideces.─ le contestó con una sonrisa, inclinándose para depositar un suave beso en la regordeta mejilla del mayor y luego uno en sus gruesos labios, aprovechándose de que la fuerza del agarre había menguado se soltó y retiró del lugar.

Luego de un rato Aoi pudo tomar control de su cuerpo y un poco desanimado negó con la cabeza un par de veces, retomando el camino hasta la sala de ensayos para recoger sus cosas y largarse.

Despreocupadamente ingresó a la sala y se quedó estático en su lugar cuando vió las figuras de Reita y Ruki sobre el sofá, con el primero encima del otro y comiéndole la boca como si fuera necesario para vivir.

‘Ah. Era por eso’.

Ah. (AOIHA) #LoveWeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora