Vuelve a Florecer

Capitulo 1: Perdida

Aquella mañana fría solo sentía como las gotas de lluvia caían sobre mi rostro, estaba totalmente roto por dentro, sentía como si todo mi mundo hubiese sido arrebatado en cuestión de segundos y es que nunca pensé haberme sentido de tal manera, a pesar de saber lo que pasaría, supongo que ninguna persona espera sentirse de tal manera ya que muchas veces nos aferramos a la poca esperanza que nos queda, pobre de nosotros mismos, tan ingenuos como siempre.

Aquellas lagrimas no paraban de brotar de mis ojos, sin embargo, en esos momentos no emití ningún sonido y es que estaba en shock, solo tenia un deseo en esos momentos, deseaba que todo fuera un sueño, un horrible sueño del que quería despertar inmediatamente, simplemente deseaba que sonara esa molesta alarma o me cayera de la cama para despertar, sin embargo, toda esta situación no era un sueño, era la realidad, me gustara o no. "¿Por qué de todas las personas que existen tuviste que irte tú?" era lo que me preguntaba una y otra vez, aunque sabía que no tendría una respuesta, al menos no de tu parte. Ya te habías ido, dejándome solo en este cruel mundo, pero de lo que mas me arrepiento es que no pude valorarte mientras estuviste conmigo, desearía haberte abrazado mas fuerte, besado con más ganas y sobre todo no dejándote sola tanto tiempo. Pensaba que siempre y cuando estuviéramos juntos todo estaría bien, pero a pesar de pensar en aquello le dedique mas tiempo a mis amigos y a mi trabajo, fui un grandísimo idiota, por más que pida perdón en estos momentos sé que no puedes escucharme.

-Por favor no te vayas...no me dejes aquí solo...

Murmuré mientras las lagrimas no paraban de caer, sin embargo, sabía que no me escucharías, al menos ya no, te habías ido, tenia que entenderlo, tenía que entender que ya no estarías conmigo, tenía que entender que ya no me prepararas aquella taza de café antes de irme de la casa y que ya nadie me recibiría cuando llegara, de ahora en adelante sentiría lo que es la soledad en su mas puro estado.

El tiempo paso rápido y cuando menos lo espere ya me encontraba presente en tu entierro, todas las personas de aquel lugar lloraban tu perdida y eso también me incluía, solo podía observar aquel ataúd de lejos, en esos momentos las piernas no me respondían para acercarme y ver tu cuerpo. Pasaron unos cuantos minutos para que encontrara el valor suficiente y acercarme a tu cuerpo por ultima vez, presencie esa cara de neutralidad por última vez mientras las lágrimas solo incrementaron, en esos momentos tu piel se encontraba bastante pálida y tu cuerpo estaba increíblemente helado y eso lo supe cuando pase mi mano por una de tus mejillas. Aquel día había sido eterno para mi y supongo que es uno de los días que nunca olvidare, total fue el día que perdí mi único motivo para vivir y eso me lleva a lo que paso a continuación.

Me encontraba en mi habitación con una navaja en mi mano derecha, estaba decidido de lo que iba a hacer a continuación, nada ni nadie podía hacer que cambiase de idea y es que en esos momentos sentía que había perdido lo que mas me importaba en este mundo, para mi ya nada tenia valor alguno. Respire hondo para luego soltar un fuerte suspiro y posteriormente pasar aquella navaja por todo mi brazo izquierdo, aquel corte era profundo y veía como aquella sangre empezaba a salir abundantemente, sentía mi brazo completamente helado y por algún motivo sentía aquella sangre caliente y posteriormente sentí que perdía el control de mi cuerpo, provocando que terminara cayendo al suelo, en esos momentos solo veía como la sangre empezaba a manchar el suelo y aquel brazo empezaba a arderme, en esos momentos cerré los ojos y los abrí por un pequeño segundo, al frente de mi pude presenciar lo que parecía ser una bata larga y negra, lo cual me genero curiosidad, sin embargo veía todo borroso y lo ultimo fue que volví a cerrar mis ojos, sentía como poco a poco mi respiración desaparecía para finalmente dar el último respiro