Capitulo 2: Un nuevo comienzo

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cuando abrí los ojos estaba realmente extrañado, estaba en la nada, literalmente, todo a mi alrededor era completamente blanco. Inmediatamente mire a mi alrededor en busca de alguna señal, sin embargo, aquel lugar parecía ser infinito, pareciera imposible encontrarse con alguien



- ¿Dónde demonios estoy?



Pregunte, aunque no obtuve respuesta de alguien, total estaba solo en aquel lugar, en esos momentos parpadee en un pequeño instante para luego encontrar que al frente mío había una persona con una túnica negra y su rostro lo cubría aquella capucha negra.



- ¿Quién eres?



Pasaron unos cuantos segundos para obtener respuesta del contrario.



- Soy la muerte



Contesto el contrario, en esos momentos solo intentaba procesar lo que decía, por un momento pensé que era alguna clase de broma y en realidad mi suicido no había funcionado, mire mi brazo izquierdo por unos cortos instantes, lo cual fue suficiente para notar que no tenia nada, ni una cicatriz, ni una herida. "¿realmente estoy muerto?", fue aquello que me pregunte una y otra vez, pensaba que cuando uno moría ya no había nada, sin embargo, resulta que no. Que irónico cuando uno muere se encuentra con una persona que se auto proclama muerte.



- Se que probablemente tengas miles de preguntas así que te resumiré la situación lo mas que pueda, aunque claro no soy bueno en eso. En resumen, estas muerto y tendrás que jugar un juego, un juego que solo aquellos que su alma no puede descansar en paz lo jugaran, El juego es una segunda oportunidad para aquellos que su final fue trágico o su historia, sin embargo, su alma fue pura.



En esos momentos solo intentaba procesar aquella información, era claro que si o si tenia que jugar aquel juego, sin embargo, aquellas situaciones parecían de una novela y es que aquella situación parecía tan irreal, pasaron unos cuantos segundos para que se me generara una pregunta, la cual no tardaría en mencionar.



- Y ¿mi novia estará hay? ...ella fue envenenada y no se supo quien era el culpable, estuvo en una clínica unos cuantos días, sin embargo, ella murió.



Nuevamente aquel sujeto duro unos segundos en responder.



- Aquella que fue tu novia vivió una doble vida, ella fue envenenada por su amante. Ella se fue al lugar donde castigan a las personas que fueron malas y que solo se dedicaban a dañar a los demás, aquel lugar algunos lo llaman infierno.



En esos momentos entre en shock, aquella persona por la que sentía que mi vida no era nada resultó ser falsa, aquella persona que tanto amaba me engañaba a mis espaldas, en esos momentos me dolía el corazón, sin embargo, le seguía amando. Las lágrimas no paran de brotar por mis ojos mientras rápidamente bajaba la mirada



- Entonces...que comience el juego.


Fue lo último que pude escucharle a aquella persona que tenía aquella túnica porque luego de eso todo se volvió negro.



Cuando abrí los ojos me encontraba en lo que parecía un bosque, los arboles eran demasiado grandes y simplemente estaba rodeado de la naturaleza, había arbustos por montón y el aire, era algo diferente, era como si este fuera más puro. Luego de estar analizando aquel lugar durante unos cuantos segundos pude que percatarme que la ropa que tenia puesta era diferente, era como si fuese de una época completamente diferente de la que nací, aquella ropa era un hakama (ropa antigua japonesa parecida al kimono que utilizan los hombres), sus colores eran opacos lo cual era característico del traje.



Me levanté de aquel sitio y empecé a caminar mientras sentía que por cada paso que daba dejaba una parte de mi alma y es que aun no paraba de pensar en lo que me había dicho aquella persona con túnica negra y es que me dolía de manera descomunal, me sentía vacío, dure caminando unos cuantos minutos para luego detenerme y soltar un suspiro, en esos momentos las lagrimas no paraban, necesitaba desahogarme, sin embargo, no había nadie, estaba más solo que nunca y ni siquiera sabía dónde estaba, realmente la ley de Murphy no podría hacerme más efecto.



- Supongo que tendré que seguir por más que me duela... a quien engaño... dependía demasiado de ella...



Dije para mi mismo mientras las lagrimas no paraban de salir e inclusive intenté limpiarlas sin embargo era en vano, los sollozos se hacían presente en aquel, al final caí de rodillas al suelo mientras llevaba las manos a mi rostro, total aquello era una reacción normal de dolor. Pasaron unos cuantos segundos para que sintiera que alguien acariciaba mis pelos semi ondulados los cuales eran color café.

- ¿Qué te sucede? Pequeño



Menciono el contrario, en esos momento levante por unos instante la vista para toparme con un hombre con aproximadamente un año o dos mayor que yo, su cabello era negro y sus ojos eran azules claros, tan claros como el azul del cielo y profundos, los cuales reflejaban misterio y su ropa parecía de las personas que en la época antigua tenían un alto nivel económico, sin embargo, aquellos trajes que parecían de alta calidad se encontraban sucios.




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