Estaba cansado, Vernon no había desviado su mirada ni un segundo de la puerta, sus piernas adormiladas y sus ojos casi cerrándose se negaban a solo rendirse. Debía estar ahí para cerrar la puerta, debía ver que él no se moviera i un segundo de donde estaba. ¿Por qué lo hacía? Si su madre llevaba cuatro días sin despertar y la peste le calaba hasta la garganta. Solo una vez giró a verla y la encontró más hinchada que antes.
Sus ojeras ya se tornaban moradas, su estómago rugiendo por comida. Beber agua era simple, con el baño dentro de la habitación él solo tenía que beber del grifo, lo suficientemente rápido como para volver a vigilar la puerta. Bañarse era solo una locura, porque desde que Sofía se fue nadie podría cuidar la entrada.
Saber que él estaba ahí era una tortura. Saber que su hermana ya no regresaría, que su madre no despertaba, saber que era cuestión de tiempo para que su cuerpo simplemente renunciara... No había final, en algún momento se levantaría del suelo y caminaría hacia él, hacia eso. Solo cuestión de horas quizás, o de días para que todo acabase.
—Hey...— Escuchó del otro lado de la puerta. —Vernon— La voz de su hermana. —Busca debajo de la cama de mamá, hay dulces.
—Deja de intentarlo— Le respondió. —No voy a creerte nunca.
—Abre la puerta.— Sofía rogó. —Quiero estar contigo y con mamá. Quiero que papá regrese y estemos juntos...
Vernon parpadeó muy lento, casi dejando sus ojos cerrados. Pronto caería dormido si no hacía algo al respecto, pronto. Su boca se abrió lentamente, sus labios temblando porque desde hace horas no se había puesto de pie para ir por un poco de agua. Respiró profundo y su corazón tembló.
Comenzó a llover dentro del cuarto, largos hilos rojos y espesos cayendo sobre él, sobre la cama y el cuerpo dormido de su madre. Escuchaba las espesas gotas chocar una tras otra en la madera, su piel manchándose con el carmín de la lluvia. "Eso" entró por un segundo atreves de su suspiro.
Vernon se quedó sentado inmóvil frente a la puerta.
—¡Abre la maldita puerta!
Algo golpeó tan fuerte que hizo a la madera rechinar. Cerró los ojos un par de segundos y los volvió a abrir.
—Mingyu era bueno...— murmuró.
—¡Sabes quién soy! ¡Ábreme de una maldita vez!
—Mamá lo fue...
—¡Vernon!
El grito desgarrador, como el de un animal, se multiplicó mientras respiraba, era furia por completo, desesperación, odio. Pero no abrió la puerta.
—Yo no la odio— La pared tembló. —Es por eso que no puedes pasar...Yo no odio a papá
La madera salió volando, la puerta destrozándose con cada golpe. La masa negra y deforme separó una parte de su ser mostrando su interior, la delgada mano ensangrentada extendiéndose para atraparlo. Vernon la miró de frente, mientras que el cuerpo frágil se arrastraba desde el interior de esa cosa.
Era su madre.
Sus ojos blancos sobresaliendo de las cuencas, una parte del rostro derritiéndose y fusionándose con la masa negra. Ella gritaba desde dentro su nombre, o lo que fuera que saliera de su garganta destrozada.
No debía reaccionar a ello, no debía abrir la puerta.
—No tienes forma— Dijo con la voz delgada. —Yo no odio a nadie.
Una lagrima murió al caer de su mejilla, directo al suelo.
—No odio a papá por dejarnos.
Murmuró antes de desplomarse. Durmió ahí mismo.
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ÉL [Seventeen]
FanfictionA pesar de haber huido a tiempo de una extraña casa, la pequeña y extraña familia aun no se sienten completamente a salvo, sobretodo cuando saben que "él" nunca los dejará en paz. *Segunda temporada de [Ellos] *SoonHoon, Meanie, JunHao, Verkwan, Et...