Amor es una promesa de dos

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Es temprano en la noche cuando llegan a su habitación de hotel. Podrían cenar en algún restaurante, pero el cansancio es tal que solo pedirán comida al room service. El día ha sido largo y extenuante y todavía falta el programa de exhibición. Están a dos días enteros de que se puedan relajar en los asientos del avión que los llevará de vuelta a casa.

JJ, su prometido, le dedica una sonrisa pequeña a Isabella antes de entrar al cuarto de baño, pero sus hombros y su sombrío semblante poco pueden ocultar la carga que lleva encima. Aún si llegó al medallero, Isabella sabe que no es algo con lo que él se sienta cómodo.

Perder el oro nunca ha sido una opción para El Rey JJ.

Esta noche las calles de Barcelona extrañarán su celebración de victoria, su proclamación de triunfo. Su esfuerzo entrenando no lo dejó lejos de su objetivo; sin embargo, no llegó a la meta. La chica pide la cena y se recuesta mientras piensa sobre lo que pasó durante la competencia. Quiere comprenderlo, saber qué pasaba por su mente mientras patinaba. Sabe que por ahora no es buena idea preguntarle directamente a su novio. Si lo cuestiona esta noche, cuando es tan reciente, solo logrará hundirlo más.

JJ es muy seguro de sí mismo, por eso es que cuando se equivoca, cuando se falla, le duele mucho más que cuando alguien le queda mal.

En eso piensa cuando JJ sale de la ducha ya con su ropa de dormir. Camina y se sienta sobre la cama, de espaldas a Isabella. Parece que se seca los pies, pero ella sabe que es más que eso. Se le acerca despacio y lo abraza con lentitud. Recuesta su cabeza sobre su hombro y cruza sus manos sobre su pecho. Aunque tarda unos segundos, él termina acomodándose, apoyando parte de su peso en el cuerpo de su prometida. No hacen ningún comentario hasta que a JJ se le escapa un suspiro.

—Tranquilo, todo está bien.

—Bella, tú lo sabes bien.

—Sí. Por eso también sé que no es tan malo.

La voz de JJ se vuelve un hilo, un sonido fino.

—No. No es lo que quería.

—Lo sé, pero tampoco es que hubieras fallado.

—No conseguí el oro, Bella. No gané el oro en la Final —contesta seco, cortante.

Isabella sabe que lo que diga ahora será crucial para sanar el corazón de su novio.

—No, no lo conseguiste. Pero no fallaste. Incluso si cometiste errores en las rutinas, no nos decepcionaste en lo absoluto. Ni a mí, ni a tus padres, ni a tus seguidores. Todos vimos cómo te partiste el alma sobre el hielo, como no renunciaste ni pensaste en retirarte. Nunca, ni por un segundo. No dejaste de patinar hasta el final. Por eso sé que cuando resuelvas esto volverás a ser el mismo de siempre. No ganaste el oro, pero nunca te fallaste a ti ni a tu patinaje. Nunca te abandonaste y por eso no tengas miedo, mi amor, que no te dejaremos solo. Yo estaré siempre contigo.

JJ inspira fuerte por la nariz y apresa los brazos de Isabella entre los suyos. No dicen más el resto de la noche. Cenan y se van a dormir en silencio. Apagan la luz y se voltean para quedar frente a frente, JJ la abraza y posa su frente sobre la de su novia.

Así, en la intimidad de su habitación, se escucha una palabra suave, de sincero cariño y devoción. Una promesa de compañía, de verdadero amor.

—Gracias.

Isabella le responde con un beso.

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¡Hola! Este es el drabble con el que se inaugura el libro. Después de ver el capítulo 12 de YoI, me enamoré de la pareja de JJ e Isabella. El apoyo incondicional para este chico me hizo ver que Isabella realmente era una excelente novia y que si se comportaba así, era porque su amor era recíproco con JJ. Ellos necesitan más cariño, aunque sean difíciles de tratar, son buenas personas. ❤

Este drabble es participante en "La Pluma Romántica", compilación por parte de  para San  para para San Valentín 2019. ¡Todavía están a tiempo de inscribirse! Busquen este hashtag: #laplumaromantica

Desde ya iniciamos los festejos para esta celebración, pero este drabble no es lo único que, como Chris, está por venirse. ❤

Nos vemos pronto. ^^

Drabbles y algo másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora