Drabbles y algo más

Fresas con crema

Temática: Fresas y crema batida.

Parejas: Victuuri principalmente, otras mencionadas.

Escrito para el reto semanal Vkusno [3-9/junio/2019] de La pluma escarlata [laplumaescarlata].

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—¡Fresas! ¡Fresas con crema! ¡Lleve sus fresas con crema!

El alegre vendedor anuncia su producto, un sabroso postre de la tierra de sus abuelos y la opción perfecta para hacerle ganar dinero en el festival escolar. Hasetsu High School estaba celebrando el cambio de estación y qué mejor que el Festival de Primavera para sacar un poco de recursos mientras Leo y sus compañeros se divertían un rato.

—¡Lleve su copa de fresas con crema! ¡Perfectas para compartir con su pareja! —promociona el chico, seguro de que llamaría la atención.

Para este punto del año ya habían pasado San Valentín y el Día Blanco, así que muchas nuevas parejitas paseaban felices por el patio donde se encontraban los puestos de juegos y comida. Leo ya había vendido la mayoría de las fresas y casi todas habían sido compradas por enamorados.

El éxito de su puesto se debía a la manera tan original que tenía de entregar el producto, pues cortaba y acomodaba las fresas según el pedido y hacía pequeñas figuras al agregar la crema. Para los diseños más complicados, sacaba un plato y ahí hacía el diseño. Ya había entregado copas con forma de hoja de maple (todo un reto), caras de hámsters con perros siberianos, una familia con tres niños (Nishigori se había pasado de raro con ese pedido) y hasta banderas suizas le había tocado hacer. Lo último, cabe aclarar, lo incomodó sobremanera, pues juraba que el cliente había gemido al esparcir la crema "justo ahí, en el centro, ese es el punto exacto; embárrala toda".

Los escalofríos todavía lo recorrían.

Justo acababa de vender una copa a un par de chicas muy guapas, una morena y una pelirroja, cuando sus últimos clientes llegaron.

—¡Tienen suerte, chicos! Este es el último pedido que va a salir. ¿Quieren una copa o un plato? —preguntó feliz, pues todavía alcanzaría a levantar el puesto e irse a pasear por el patio con Guang-Hong.

—Quiero el plato más grande que tengas, con las fresas más rojas que te queden y hagas dos perritos con ellas; uno más grande que el otro, por favor —habló el más alto, un chico de ojos azules y largo cabello plateado.

Esperen, ¿plateado?

—Victoru, no es necesario que me compres nada, ya te dije que estoy bien —intervino el que lo acompañaba. Un muchacho de cabello oscuro y lentes azu...

¿¡Yuuri Katsuki!? ¿¡Con el chico nuevo!? ¿¡Desde cuando están saliendo!?, se cuestionó mentalmente el sorprendido vendedor.

—Vamos Yuu-ri, deja que te compre esto. No todos los días tengo una compañía tan agradable —le respondió el recién llegado a la escuela, dándole un juguetón guiño.

—P-pero tú deberías estar socializando ahora...

—¿Y qué no eso estamos haciendo?

—Sí, pero...

—Ah-ah-ah, no hay "pero" que valga —interrumpió con una amplia sonrisa—. Te puedo asegurar que no hay nadie más con quien quiera "socializar" justo ahora.

—No puedo ser tu único amigo, Victoru. —Un sonrojo, como una fresa dulce y madura, se extendía por la cara del japonés.

—¿Y quién dice que debas serlo? O, que siquiera —bajando el tono de voz, el tal Víctor tomó una frutilla de la mesa y la puso en la boca del otro—, quiero que seamos amigos. ¿Por qué te traería a este puesto si solo quisiera tu amistad?

Olviden las fresas, Yuuri era un tomate, un pimiento, una rebanada de sandía rojísima y a punto de estallar.

Víctor, con un rubor más leve, le cerró la boca empujando sus labios y luego se lamió los dedos con autosuficiencia.

Fueron la pareja más memorable que le tocó atender ese día.

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Este drabble vino de un antojo de fresas con crema que todavía no puedo saciar. En la dinámica no saqué ni el reintegro porque tomé dos alimentos (fresas y crema) y eso iba contra las reglas. Mi antojo pudo más que la precaución de leer las indicaciones. 😝