La lluvia caía con intensidad, el pequeño zorro de dos colas se encontraba caminando solitario en las calles de Mobius.
Se sentía de una manera indescriptible, su corazón palpitaba con fuerza, pero su pecho dolía, sus ojos ardían, pero aún así podía sentir mariposas en el estómago, ¿Qué le estaba pasando?.
Su relación con el erizo había terminado debido a el pronto enamoramiento que había tenido hacia Shadow.
Tenía el dinero suficiente para irse, pero no quería hacerlo, quería poder seguir imaginando un mundo con él, con Sonic.
Tal vez lo más fácil sería irse y dejar todo atrás, pero a él no le gustaban las salidas fáciles, deseaba jugar un poco más, deseaba ver cómo los ojos de Sonic se llenaban de desesperación cuando se encontraba con Shadow una noche después de haber follado con el erizo azul.
Le encantaba sentir la adrenalina recorrer sus venas mientras Sonic lo observaba insistente, era de lo mejor. Pero aún así, seguía doliendo. Debía visitar a un psiquiatra, sus sentimientos estaban tan enloquecidos que en un momento podía estar regocijandose de gusto y al otro tirado a un lado del inodoro mientras las lágrimas lo inundaban.
Siempre soñaba con él.
Sus visitas en los sueños de el zorro eran tan frecuentes.
Lo amaba.
Para la mayoría él era el más sabio, pero ahora no sabía que debía hacer, se sentía tan confundido, esta era una ecuación sin respuesta, nada que pudiera alejar con alguna máquina.
