Al final...

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Por un momento me sentí bien. Decidí ignorar todo eso que nublaba mi mente, preferí darle importancia a lo bueno de mi día y no a lo malo.

No pensé tanto en el examen que probablemente desaprobé, sino en mi nota alta en otra materia. Disfruté mis días libres sin pensar en el estrés de la próxima semana en la universidad.

No quería sentirme mal, no quería ese sentimiento de culpa por ser quien eres, sólo traté de desconectar mi mente de todo el agobio.

Junto a mi amiga y mi charla motivacional me sentía un poco mas liviana. Nos ayudaríamos a buscar una solución para nuestro problema, y no la más rápida y fácil, sino la que tomaba tiempo y dedicación pero que nos haría felices en su debido tiempo.

Habíamos llegado a eso. Así que empecé a drenar de mi mente esos pensamientos negativos porque de verdad ya me estaban hartando, estaba dando el primer paso, y quería que mi amiga lo diera conmigo. Pero al parecer no lo ha hecho aún.

Es frustrante porque quiero que salga de eso tanto como yo quiero salir, y hasta cierto momento lo habíamos acordado, pero ella por la mínima cosa vuelve a caer, y no la culpo, en serio no lo hago. Yo solo le pido que pueda confiar en mi y decirme cuando sienta nuevamente que va cayendo, yo veré qué hago para levantarla de allí como sea.

No quiero verla mal, no quiero estar bien y que ella siga allí, en ese hoyo oscuro, vacío y frío como la galaxia. Quiero que su vida se ilumine y brille por si sola, que se sienta capaz de todo y que esas ganas de cumplir sus sueños vuelvan a ella.

Y quizás no hago esto tanto por mi, lo que es una total locura, pero lo hago por ella, para que vea que sí podemos salir de eso. Quiero ser un ejemplo de los que ella se guíe.

Y es estúpido, y me hace sentir estúpida, porque en serio me estoy empeñando mucho en ello, y también me hace pensar que a pesar de todo soy muy tonta para este mundo, porque en serio me estoy aferrando a alguien que solo quiere estar hundida y bloqueando la salida.

No quiero rendirme, no quiero dejarla, quiero que ambas seamos felices.

Al final... no soy tan mala amiga como creía.

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