VIII

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| Caliente. |

El silencio estaba presente en todo el departamento. Afuera, el sonido relajante de la lluvia y algunos autos que iban por las calles se escuchaban.

¿Cómo éstas? —May interrogó con suavidad.

Sabía que estaba hablando de todo en general.

—Bien —respondió. Había estado teniendo unas semanas bastante buenas, la compañía de Tony sólo acrecentaba lo bien que se sentía. Tampoco había tenido síntomas de su enfermedad—. Estoy más que bien de hecho.

Sabía que May se preocupaba mucho por él, al igual que Ben.

Me alegro —la sinceridad en la voz de May era más que notable, cosa que lo hizo sonreír.

—¿Cómo están ustedes? —interrogó, hacía más de tres meses que no hablaba con ella o con Ben.

Bien —Puede sentir la sonrisa de May al otro lado de la línea —. Ben esta esperando a que nos visites.

Tomó un sorbo de café antes de continuar.

—Quizás vaya en este o el próximo mes —prometió, casi podía imaginarse la cara de felicidad de May y Ben al verlo —. Lamento no haberlos llamado antes, pero estaba un poco atareado en la U.

No hay problema, Pete. —May dice, la voz de Ben se escucha de fondo—. Ben dice que te quiere y extraña mucho.

Una sonrisa inconsciente se formó en sus labios. Él también los extraña más de lo que nadie se imaginaba.

—Díle que yo también le quiero mucho— escuchó como ella se lo decía a su tío.

El sonido de la lluvia aún se escuchaba.

Espero entonces que sigas bien —suspiró inconsciente.

Por supuesto que su tía no tenía ni idea de lo bien que estaba, o de lo mal que podía llegar a estar. Él tampoco quería que lo supiera. Ambos se preocupaban mucho por él desde que sus padres habían muerto, obviamente no quería que se preocupaban más después de haber lidiado con él desde que tenía ocho años.

—Igual May —dijo—. Adiós.

May suspiró al otro lado de la línea.

Adiós. —Está a punto de colgar cuando se detiene.

—Te quiero mucho —dijo, antes de que ella cuelgue, escucha la respiración de May agitarse—. A ti y a mi tío Ben. No lo olviden.

Jamás. —May prometió —. Nosotros también te queremos, Pete. Tampoco lo olvides.

Ella le colgó, antes de que él respondiera. Sabía que probablemente ahora se sintiera un poco triste.
May decía que él se parecía mucho a su madre, y eso le hacía quererlo más.  

—Jamás lo olvidaré —prometió.

Algunas promesas estaban destinadas a llevarse a cabo, otras no.

Llevaba más de una semana hablando con May y Ben desde la última vez que habían hablado.
En ese lapso de tiempo le había comentado un poco a ella sobre Tony, aunque el mayor no lo sabía.

Siempre había sido abiertamente bisexual y sus tíos estaban orgullosos de él por haber salido adelante a pesar de todas las dificultades que había tenido.

ѕcarѕ | starkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora