Fin.

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| Te amo. |

"No se mueres quien se va, se muere quién se olvida."

Su pecho dolió mientras caminaba de un lado a otro en la sala de estar esperando noticias de Peter.

Habían estado tan bien en su penthouse cuando el menor había comenzado a sentirse mal. Lo había llevado al hospital lo más rápido que había podido y enseguida un doctor se había hecho cargo de Peter.

Las ansías de saber cómo estaba no le dejaba en paz. Quería...más bien necesitaba saber si Peter iba a estar bien y todo había sido nada más que una falsa alarma.

No tenía ni idea de que hacer, una parte de él quería hablarle a la tía de el chico y decirle, pero la esperanza de que sólo era una falsa alarma le impedía hacerlo.

Peter no podía morirse, no en ese momento, no cuando estaban tan bien a pesar de que ambos solían tener miedo de lo que iba a pasar el día siguiente, el miedo jamás les había impedido avanzar en su relación. La sola idea de pensar en vivir sin Peter le hacía querer morirse.

—Familiares de Peter Parker.

Se acercó rápidamente al Doctor que había atendido a Peter cuando habían llegado.

—Soy su pareja —respondió, el Doctor asintió luciendo cansado—. ¿Cómo está él?

—Por ahora está estable, pero no es seguro que pase la noche. Tiene que prepararse para lo peor, el cáncer ya contaminó la mayoría de sus órganos, es imposible que siga viviendo por mucho tiempo más.

Sintió que su pecho dolía al escuchar las palabras del Doctor. Esto no podía estar pasándole, no ahora.

—¿Puedo verlo?

Necesitaba verlo, necesitaba que Peter le dijera que todo iba a estar bien y que sólo era una jodida pesadilla. Que iban a vivir muchos años más juntos. Que lo vería graduarse para ser Abogado como el mejor de su generación. Que iban a tener muchos viajes. Que iban a casarse y adoptar un gatito, porque no quería hijos. Lo necesitaba.

—Claro, ahora está sedado pero dentro de unos minutos va a despertar, puede pasar a su habitación, esta en el pasillo cuatro, 123.

—Gracias —el Doctor le resto importancia con un ademán, luego desapareció de su vista antes de disculparse diciéndole que tenía que atender a alguien más.

Inmediatamente se encaminó hacia la habitación de Peter.

Sintió que el aire se le escapaba de los pulmones al verlo más pálido que antes. El menor abrió los ojos con pesar sonriéndole.

—¿Cómo estás?

Se rió sintiendo ganas de llorar.

Peter siempre viendo que estuviera bien antes que él mismo.

—Te estás muriendo y me preguntas eso a mi —bromeó, sintiendo que su pecho dolía.

Peter le sonrió, tranquilizándolo.

—Sé que me estoy muriendo, pero no tengo miedo. Estoy más preocupado por ti que por mi.

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