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Ahí estaba Anne, sentada en una banca debatiendo si hablarle a Jimin o irse a su casa encerrarse sin volver a salir. Y tomó la decisión más madura.

Encerrase y nunca volver a salir.

Se paró para agarrar su camino, pero dos pequeñas manos se posaron en sus hombros obligándola a detenerse.

—J-Jimin.

—De mí no te escapas pequeña, tú y yo tenemos que hablar.

Anne estaba muy nerviosa ante el contacto de aquel ángel que tenía enfrente.

—¿Sabes? Es mejor que me vaya, no me siento bien para hablar, y ahora me siento como una acosadora por haberte mandado cartas y vigilarte y hasta tener el mismo brazalete, que ni si quiera sé si aún lo tienes —Anne hablaba rápido —tampoco sé si Nancy o Jungyeon son algo tuyo, y me sentiría muy mal si una de ellas es tu novia, y yo justo aquí con su novio, además el...

—Oh por Dios cállate.

Y no hubo mejor manera de callarla que con un beso, un beso inesperado para Anne, que al principio dudó en seguirlo, pero cuando sintió que Jimin se iba a separar agarró su chaqueta y lo pegó a ella de nuevo, haciendo el beso aún más intenso y lleno de amor. Era un beso tan sincero que ninguno ni nadie que los viera lo podía describir, era tan puro.

—Tú eres mi única chica, tenlo claro.

from me to you || p.jmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora