La debilidad pudo conmigo, lloré, después de prometerme nunca volver a hacerlo, finalmente se hizo más grande que yo.
Ahora estoy en en un vórtice de malos recuerdos, y para ser franca... se siente bien.
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Diciembre 2007
Música, cigarros, vino y alcohol, ese era el ecosistema en el cual me encontraba, prácticamente un ecosistema el que nací y he vivido hasta el día de hoy.
Conozco muy vagamente a los presentes, la mayoría de vista solamente, no podía esperar más de mi "familia política", prácticamente son desconocidos ante mis ojos, solo es la familia del novio de mamá.
El novio, con el cual llevan juntos previó a que papá falleciera, apenas concluyó su entierro fuimos obligadas a mudarnos con el.
Estos años fueron difíciles, las peleas constantes, el alcoholismo, el odio que mi madre y yo nos teníamos, el cual crecía conforme avanzaba el tiempo, todo eso había sido superado, ahora, hasta me agrada su pareja, pero últimamente lo siento raro, no sé cómo explicarlo solo es una tensión que se percibe, para ser franca me provoca algo de inquietud.
Ya es algo tarde y siendo sincera, el sueño me está consumiendo, me recuesto en el sillón y ya no sé de mi.
Estoy dormida pero en estado consciente, es tan raro cuando tú cerebro está despierto y percibiéndolo todo mientras que tú cuerpo permanece inmóvil y en estado de reposo.
Escucho como mis padres se despiden, como el me carga, llevándome en sus brazos y recostándome en el carro, después solo arrancamos, mientras yo me vuelvo a perder en el sueño.
Aparcamos, las puertas se abren, siento unos brazos que me sostienen, aunque de una manera diferente, igual a esa luna de miel que no me gusta recordar, ahora soy mayor y sé lo que es, pero no me agrada que el me toque así, se siente raro, como manosea mis piernas y mi... bueno, ahí abajo.
Mi madre está afuera mientras subimos las escaleras, sin percatarse de lo que sucede, deja mi cuerpo sobre la cama y se va, no sin antes volver a tocar mi cuerpo.
Estoy asustada, que tu "padre" te toque así no es normal, tampoco es bueno, pero no puedo moverme, no comprendo porque, mi cuerpo se encuentra inmóvil, soy incapaz de si quiera abrir los ojos.
Son temporadas frías, en esta época todos dormimos en un mismo cuarto, ponemos una colchoneta entre dos camas y así mantenemos el calor, es mejor que dormir sola en un cuarto, porque así él tendría la oportunidad de tocarme y eso me aterra.
Siento que alguien toma mi mano, provocándome pánico, estoy despierta, solo que ahora estoy congelada, me encuentro inmóvil, simplemente perdida.
Él está recostado al lado mío, mete mi mano bajo la colcha, mi cuerpo está temblando, estoy sintiendo algo, se lo que es, se lo qué pasa, quiero llorar, solo quiero desaparecer, si es un sueño necesito despertar, ¡ahora!
¡Despierta! ¡Despierta! Por favor despierta... simplemente sollozo en mi interior, me siento morir, quisiera estarlo.
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Sollozo, pero ahora no me importa quien me vea, quien esté presente, no me importa sentirme una mierda, al final del día, solo eso soy, merezco todo lo malo que me pase, me hace recordar mi lugar en este mundo.
Al final, hasta el destino tiene sentido del humor, solo que ahora... el chiste soy yo.
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¿Entonces?....Esto es la vida.
Teen Fiction-Así que ya lo decidiste- el humo y olor a tabaco salían de su boca lentamente, y aún que por dentro sabia que el estaba sufriendo, por fuera parecía estar bien. -Si, ya lo hice- el tabaco me relaja, me hace olvidar de todo un poco. -¿Y ahora qué...
