-Papi, Papi, Papiiiiii- la niña le dió un pequeño golpe en el cachete.
-cariño, ¿que pasa?- sobandose los ojos.
-tengo que ir a la guardería, y mamá dijo que no puede- le hizo un puchero.
-okey, te llevo yo pero ¿en donde mierda está tu madre?
-haciendo el desayuno, creo- se encogió de hombros.
-¿y porque no puede llevarte? hoy es mi puto día de descanso- resopló.
la niña se encogió nuevamente de hombros y salió de la habitación.
el rubio fue directo al baño, se lavo los dientes, la cara y salió.
se puso algo de ropa y fue a la cocina.
-¿porque no puedes llevar a Sheila a la guardería?- puso las dos manos en la barra.
-porque no puedo y punto, llévala tu un día, no te hará ningun daño.
-que cagada- rodo los ojos y se fue directo a la pieza.
-mm, ¿me llevas tu Papi?- la niña se paró frente a él haciéndole un puchero.
-claro que te llevaré yo cariño- le da un beso en la frente -preparate.
-yo ya me preparé hoy temprano Papi.
-okey sal un momento así me cambio y te llevo.
-bueno- la de pelo oscuro salió dando pequeños saltitos mientras tarareaba una canción.
Zabdiel se sacó su pantalón/pijama y se puso uno de Jeans.
-la llevaré a la guardería- dijo cortante agarrando las llaves del auto.
-haz lo que quieras- sin prestarle atención.
-vete a la mierda, y no te diré más nada por esta ella.
Zabdiel alzo a la niña y llevo hasta el auto, la puso en el asiento de atrás y le abrocho el cinturón de seguridad el hizo lo mismo pero se sentó en la parte de adelante.
[...]
-papi Ch-chris qui-ro chocolat-te- dijo la pequeña con un puchero.
-cuando venga a recogerte te comprare uno ¿de acuerdo?- se agachó para quedar a su altura.
-shi- lo abrazo.
-bueno, vengo luego hermosa.
Megan asintió y le regaló una sonrisa.
Chris la miro hasta que entró y se sentó en su pequeño banco, se dió vuelta se choco con alguien.
-mierda- dijo cuando se levantó -que no mira...
se quedo sin palabras al ver al rubio, penso en mil maneras de salir corriendo pero su cuerpo no respondía, eso es lo que causa el más alto en el.
-que, em tu- trago duro -¿que haces aquí?- carraspeó el castaño.
-vine a traer a, mm, mi hija- le sonrió.
-oh, ¿tienes una hija?
-si si, hoy me tocó traerla- miro hacia la pared -¿y tu?
-una niña también- suspiro -es mi princesa.
-si, se lo que se siente- lo miro -¿estas casado?
-eh, si, si- una risita nerviosa salieron de sus labios -¿tu lo estás?- cerro los ojos esperando las respuesta.
-no, pero si estoy con la madre de mi niña.
-que bien- finalizó tratando de salir.
-nunca me llamaste.