3. Parece un sueño

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Al llegar prepararon algunos sandwiches de jamón y jugo de naranja mientras se bromeaban y molestaban como siempre lo habían hecho para luego sentarse a comer.

-Cuando entré al club de baile y me conociste, ¿qué pensaste de mí? –preguntó el menor.

-Que eras muy pequeño, así que supuse que durante las prácticas te perdería de vista...

-¡Ey! -hizo un puchero.

-Ok –Fuma rió- Pensé que tenías una linda sonrisa y que eras guapo –miró su pan mientras comía- Y tú ya me conocías de antes ... como soy genial y esbelto me admirabas, no? -dijo con arrogancia fingida.

-Bueno, sí~... ¡pero no lo digas tu mismo! –le dio una patadita en la pierna que le dolió.

-Si ya acabaste vamos a mi cuarto a ver una película -sugirió con cara de dolor mientras se sobaba el golpe.

-¿Y tus padres no están? –preguntó al notar que no había nadie más.

-Ellos viven aparte -sonó algo solitario.

-Ohh~ -no preguntó más porque siempre le pareció que Fuma no se llevaba muy bien con ellos- ... ¿Qué película vamos a ver?

-No sé, algo que a ti te guste -le sonrió.

Recogieron todo de la mesa y fueron a su cuarto a escoger algo para ver, se suponía que elegirían algo que les gustase a los 2, pero terminaron viendo la película de Doraemon ya que al inicio no se ponían de acuerdo y luego Fuma insistió en que vieran Doraemon porque decía que si a él le gustaba, seguramente a Sou también le terminaría gustado y Sou terminó complaciéndolo o Fuma le haría cosquillas hasta que acepte y no podía aguantar las cosquillas.

Su televisor era de 50 pulgadas y estaba al frente de su cama, por lo que prendieron una lámpara que estaba al lado de la cama, en una mesita de noche, apagaron las luces y se acomodaron ahí.

Estuvieron mirando atentos y abrazados, divirtiéndose por un buen rato hasta que llegaron por la mitad de la película y de pronto Sou estuvo muy callado, sin comentar nada por un buen rato, Fuma al darse cuenta lo miró fijo a la cara sin prestar atención a Doraemon.

-¿Qué pasa? ¿Estás bien? –preguntó el mayor, preocupado.

-Sí, no pasa nada, sigue mirando -señaló al televisor e intentó sonreír.

-Estás más callado que hace rato y parece que no prestas mucha atención... ¿no será que en realidad no te gusta la peli?

-Está muy divertido, es sólo que ... -bajó la mirada- Se siente raro y a la vez normal...

-¿Qué cosa? –preguntó confundido.

-Raro porque de un día para otro estoy divirtiéndome mucho contigo sin que nadie nos moleste ... y verte reír tanto en un día, tan feliz ... -suspiró y lo miró a los ojos- ... Me gusta mucho, tanto que casi parece un sueño –Fuma lo miraba atento y en silencio mientras lo escuchaba- Cada momento que paso contigo me doy cuenta que me gustas más y más y pienso que quiero estar así contigo para siempre –Fuma sonrió de lado y desvió la mirada a cualquier otro lado- ... ¡Ah! Lo siento por decir esas cosas tan vergonzosas –exclamó divertido y sonrojado- Es que... acabo de recordar... el otro día tuve un sueño, si no mal recuerdo, fue el día que me besaste... desperté llorando y no recordaba por qué y hoy al estar contigo, lo recordé –Fuma volvió a mirarlo- ... soñé que...

**En el sueño de Sou**

Era la tarde como las 5, había una hermosa puesta de sol. Fuma y Sou estaban en la playa jugando con el agua, no había nadie más ahí, sólo ellos y la fresca brisa del viento.

-Sou! –le salpica agua con los pies- me alegro de conocerte

-Si no me gustara como bailas, ahora no estaríamos aquí jugando juntos –le tiró agua con las manos pero Fuma se cubrió.

-Vamos a caminar un rato -dijo con tranquilidad.

-Ok – se limpia la cara y salen del agua.

Empezaron a caminar por la oriya del mar agarrados de la mano, hacia la puesta del sol mientras Sou pateaba algunas piedritas en su camino.

-Qué bueno que te conocí, quiero estar siempre junto a ti –habló Sou con una gran sonrisa.

-¿Por qué dices eso?

-Porque eres mi amigo, obvio!

-Gracias Matsushima –sonrió mirando el suelo.

-¿Matsushima? – dijo confundido- ¿Por qué de pronto me llamas por mi apellido? – se detuvo y le soltó la mano sin poder comprenderlo.

-Gracias por ser mi amigo, Matsushima –lo miró distante.

De pronto Fuma fue alejándose de a pocos y Sou se iba quedando atrás, trató de correr para alcanzarlo pero sus piernas no se movían, no le respondían aunque tratara desesperadamente.

-Espera! -gritó el menor golpeando sus piernas- ¡¡Fuma!! ¡A dónde vas?! -siguió luchando para mover sus piernas y poder perseguirlo- ¡No me dejes!

Rompió en llanto sin poder controlarse ya que la desesperación lo invadía hasta la médula. Golpeó con más fuerzas sus rodillas que seguían congeladas.
Mientras tanto, Fuma no Voltió ni una vez y ya se hayaba muy lejos, casi no podía verlo y cuanto más se alejaba, más anochesía al ritmo de sus pasos.

-¡Fuma! ¡Por favor, espera! ¡Fuma, ni te vayas!

Sou gritaba a todo pulmón y aún así parecía que que su voz no le llegaba a Fuma, quien desapareció en la oscuridad de la noche.

**Fin del sueño**

Only you ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora